Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ agrega muy poco a la naciente franquicia, pues se trata de una secuela un tanto apresurada.

Hace apenas unos meses tuvimos la primera entrega de esta nueva saga y ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, no se siente muy diferente en realidad.

No es que sea mal juego, ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ al repetir casi todo lo de el primer juego mantiene un gran estándar de calidad.

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Sin embargo, ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ parece más un contenido extra que un juego independiente; a pesar de sus buenos valores de producción.

De hecho, lo único diferente de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ es la historia, la cual es excelente, cortesía del icónico Yoko Taro.

Pero dejemos las introducciones y pasemos al análisis puntual de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’.

¿De qué trata ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’?

Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ cuenta con dos protagonistas, Barren y su compañera Laty, una sacerdotisa sin voz, la cual debe de llevar a cabo un ritual de suma importancia.

Para ello necesitan de diversos objetos que están en todo el mundo, por ello se embarcan en una misión para obtener cada uno de ellos, aunque las cosas no serán nada fáciles en ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’.

Con forme vayamos avanzando en la historia de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, sabremos lo que implica dicho ritual y la razón del mutismo de nuestra amiga.

Yoko Taro ha demostrado que es capaz de armar grandes historias y ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, a pesar de contar con los recursos de ‘NieR’, lograr armar un relato interesante.

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Todo en ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ se cuenta con las mismas tarjetas que le dan nombre al juego, lo cual da como resultado una narrativa más íntima y relajada.

Aunque suene aburrido, esta manera de contar la historia de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ logra que nos metamos más en este mundo y conozcamos mejor a sus personajes.

Claro, no negamos que alguien acostumbrado a una narración más dinámica, se aburrirá a los pocos minutos de poner ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’.

‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ no es amable en ese sentido, si no estas en un modo de leer mucho diálogo e interpretar las cartas, al final el título no te atrapará, por muy buena que sea la historia.

¿Cómo se juega ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’?

Si jugaste el anterior título, técnicamente ya sabes todo de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’; todas las mecánicas, modos y demás se mantienen en esta entrega.

En ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, exploración, batallas y calabozos se basan en interacciones con tarjetas, las cuales vas poniendo en un tablero en una mesa.

Cada tarjeta de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ tiene un valor y función, ya sea como campo, objeto, enemigo o aliado; de hecho, cuando explores las casillas se irán mostrando poco a poco.

Con esto ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ mantiene un extraño dinamismo y factor sorpresa de manera constante en todo su desarrollo.

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En cuanto al combate, ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, algunas cartas tienes puntos de ataque y defensa, con los que puedes armar tu estrategia de batalla.

Además existen tarjetas en ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ para realizar ataques especiales; sin embargo, el usar estos requerirá de algunos requisitos.

Esto se dan en base de gemas, digamos que esta es el “MP” de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, cada turno recibirás una de estas hasta obtener 10, tú decidirás cómo usarlas.

Como mencionamos, todo este sistema de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ es igual al de la entrega pasada, por lo que te parecerá demasiado reiterativo si jugaste el título.

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Pero si es tu primera vez con la saga, ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ te parecerá novedoso en todo sentido.

¿Cómo se ve ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’?

Dado que todo en ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ se ve como una especie de juego de mesa, no requiere de grandes despliegues gráficos, limitándose a hacer todo en 2D con pequeños efectos en 3D.

Dicho sea de paso, toda la estética de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ se ve bastante bien y recrea perfectamente ese mundo de juego de cartas coleccionables.

Hablando de las cartas, estás tienen diseños únicos y muy bien elaborados; aunque hay que decir que ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ recicla algunos modelos del primer juego.

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Esto hace que ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ se sienta a veces más como un reciclado, que como un juego nuevo; habrá ocasiones en que creas que es el título anterior.

En cuanto al sonido, ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ hace un buen trabajo; no es nada del otro mundo, pero ayuda a meterte en el título.

Principalmente destacamos la música de ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’, que es muy del estilo de los juegos de Yoko Taro, un tanto melancólica en partes, que embona perfectamente en el contexto de la historia.

¿Vale la pena ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’?

Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ vale la pena sólo si no jugaste ‘The Isle of Dragon Roar’, de lo contrario sentirás que estás ante el mismo título que fue lanzado a finales de 2021.

‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ recicla demasiado de su primera iteración, por lo que es difícil afirmar que estamos ante un título realmente nuevo.

Decir que ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ es un DLC o expansión glorificada no estaría tan errado en realidad, lo cual es una lástima para una saga que apenas está naciendo.

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Como ya mencionamos, ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ es bueno, porque ‘The Isle of Dragon Roar’ es bueno, y dado que es una copia, era lógico que mantuviera el estándar de calidad.

Si te interesa entrar a esta nueva franquicia de Square-Enix, lo puedes hacer con ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ o el anterior juego, en realidad no hay mucha diferencia.

Esperemos que ‘Voice of Cards: The Forsaken Maiden’ sea la última entrega de la saga en un buen rato, pues apunta para algo interesante; pero lanzar entregas tan seguido podría desgastarla rápidamente.