Un equipo de científicos descubrió el “abrazo” de dos agujeros negros, separados sólo por 750 años luz, por lo que terminarán fusionándose como el reflejo del destino final de la Vía Láctea.

UGC4211′, como llamaron los expertos a la pareja de agujeros negros que se aproximan a un abrazo, formarán una gigantesca y nueva galaxia alrededor de un recién nacido “súper agujero negro”.

Ningún humano vivo ahora podrá verlo, pues se estima que tardará unos cientos de millones de años; sin embargo, su destino es reflejo del final de la Vía Láctea.

Simulación de la NASA de la colisión de dos agujeros negros

Ello porque, de acuerdo con los especialistas, la Vía Láctea tiene fecha de caducidad.

Y los estudios más recientes estiman que se extinguirá unos 4500 millones de años colisionando con Andrómeda.

El encuentro de ambas galaxias provocará una fusión similar a la del “abrazo” de los dos agujeros negros, aunque este caso es a una mucho menor escala.

Así descubrieron el “abrazo” de dos agujeros negros

Científicos hallaron en la constelación de Cáncer el “abrazo” de dos agujeros negros, a 500 millones años luz.

Este fenómeno sería el reflejo del destino final de la Vía Láctea, pues revela cómo será la última fase del misterioso proceso de fusión de dos galaxias, generando una nueva.

Agujero negro devorando una estrella

Para dar con él, usaron el Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA), así como el Telescopio Hubble de la NASA.

Esto les permitió ver que ambos agujeros negros son gigantescos, con masas de entre 125 y 200 millones de veces mayores a la superficie del Sol.

Según explica el experto Ezequiel Treister:

“Las imágenes ópticas terrestres nos mostraron toda la galaxia en fusión, el Hubble las regiones nucleares en alta resolución y ALMA la ubicación exacta del abrazo del ‘UGC4211′; hambriento y en crecimiento”.

Ezequiel Treister

Y agregó: “Todos estos datos juntos nos han dado una imagen más clara de cómo las galaxias como la nuestra resultaron ser como son y en qué se convertirán en el futuro”.

Según Treister, el abrazo de dos agujeros negros genera una carga gravitacional que terminará afectándonos a todos con su energía.

Finalmente, el resultado de su fusión es similar a lo que ocurrirá con la Vía Láctea y Andrómeda, que terminarán por crear una nueva y gigantesca galaxia.