La música es nuestra mejor aliada para sacudirnos el estrés, recordarnos momentos agradables del pasado, impulsarnos a terminar nuestra rutina de ejercicios, pero también para hacernos consumir comida chatarra en exceso. Así lo afirman una serie de estudios que revelan la influencia de las melodías y su volumen en nuestras elecciones de alimentos.

Las investigaciones, encabezadas por Dipayan Biswas, profesor de Marketing en la Universidad del Sur de Florida, tenían como objetivo descubrir si existe una relación entre la música ambiental de los restaurantes y las elecciones de comida de los clientes.

Los especialistas descubrieron que la música o el ruido de fondo a un volumen bajo promueve elecciones de alimentos saludables, mientras que un volumen elevado genera elecciones de comida poco saludable.

Aun más, encontraron que el impacto del volumen de la música en las elecciones de alimentos opera no solo en entornos donde se elige un solo artículo (un sándwich, un helado, una cerveza), sino también cuando se compran productos a granel, haciendo que la gente llene sus cestas de productos.

Los investigadores consideran que se debe a los niveles de estrés y emoción. Así, la música de bajo volumen promueve la relajación, permitiendo a los consumidores valorar mejor sus opciones de alimentos hasta elegir los más saludables.

En contraste, las melodías ensordecedoras crean molestia o estados de excitación que rompen el autocontrol de las personas y las hace elegir alimentos con alto contenido de grasa o azúcar.

¿Por qué? Sucede como en el caso de Bridget Jones cuando sufre una decepción amorosa: recurre a los "alimentos reconfortantes” para disminuir sus niveles de emoción y/o estrés.

Otra explicación de los especialistas sugiere que las personas estresadas pueden intentan contrarrestar los sentimientos negativos refugiándose en los alimentos que vinculan con sentimientos positivos.

Los investigadores advirtieron que esta situación promueve un problema de salud importante, más aun si consideramos que en Estados Unidos, según una investigación del New York Times, se ha ido elevando el volumen de la música en los restaurantes y otros establecimientos donde se vende comida.

Ante ello, los especialistas recomiendan tener bien presente: si escuchas música fuerte en un expendio de comida, activa tus herramientas de autocontrol o busca otro lugar donde saciar tu hambre.

Con información de Psychology Today.