México, 13 Mayo.- Un álbum de familia, un asesinato, un hombre abandonado, la homosexualidad, la depresión, la piromanía o el tiempo capturado en un reloj son pretextos que dan vida a la primera publicación de Elizabeth Flores, llamada"Punto de fuga"que presentará el miércoles próximo, en la Sala Adamo Boari, del Palacio de Bellas Artes.

Desde dos ópticas, la narradora no se conforma con relatar los hechos sino que busca, transgredir las leyes internas del género con el propósito de hacer del acto de escribir una tabla de salvación.

El resultado, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), es un libro en el cual se reúnen 20 minificciones que bordean los límites entre la narrativa y el ensayo.

De acuerdo con el escritor David Miklos, quien en compañía de Javier García-Galiano y la autora presentarán el ejemplar, se trata de una promesa alcanzada, y "Punto de fuga" es un conjunto de narraciones, las más de las veces brevísimas, que no son sino variaciones sobre un mismo tema, la muerte y todas sus máscaras.

"Si alguien ha sabido narrar un cementerio -una serie de cementerios, en realidad-, esa es Flores, si bien su libro no es una lápida sino la puerta abierta a una voz literaria conseguida", puntualizó el también crítico literario.

De acuerdo con Elizabeth Flores (Ciudad de México, 1980), egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, algunos de los autores con quienes establece vasos comunicantes son Fiódor Dostoievski, Nikolái Gogol, Michel Houellebecq y W. Sebald.

En este sentido, aseguró estar interesada en una literatura concentrada, depurada, de ahí que no busca historias en las que suceda algo dentro del texto, sino que considera que el texto debe provocar que la historia suceda en la mente del lector.