Un estudio publicado en la revista científica Nature Communications asegura que los cubrebocas de tela sí sirven bajo una perspectiva general. Es decir, el número total de muertes e infecciones disminuye a medida que aumentaban la disponibilidad de las mascarillas.

Así, los investigadores del Instituto Broad, de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwan, China, avalan la eficacia de cubrebocas de tela contra el coronavirus, si su despliegue es universal.

Para llegar a esto, recurrieron a modelos matemáticos para examinar el impacto del uso de la mascarilla y su distribución entre la población general durante varios brote simulados de Covid-19, en los que el suministro y la eficacia de los cubrebocas desechables variaban, observando el número de contagios y muertes.

"Cuando todo mundo los lleva puestos, las cubrebocas de tela pueden dar lugar a una reducción del 3 al 5 por ciento de las muertes"

Colin Worby, investigador

En consecuencia, comprobaron que el número total de muertes e infecciones disminuía a medida que aumentaban las mascarillas. Esto, porque plantearon cuatro escenarios de suministro de cubrebocas desechables: distribución aleatoria, distribución prioritaria a los ancianos, distribución a ancianos y casos detectados, y distribución sólo a casos detectados.

No obstante, en todos los modelos los trabajadores de la salud tendrían una protección adecuada. Así encontraron que dar prioridad a los ancianos y conservar un suministro de mascarillas quirúrgicas (profesionales) para los casos identificados era más eficaz y reducía los contagios mucho más que con la distribución aleatoria.

Asimismo, al evaluar el uso de cubrebocas de tela, los autores del estudio notaron que la reducción de muertes era comparable a la lograda con la distribución selectiva de mascarillas desechables de calidad médica, pero adicional a la distribución selectiva de mascarillas médicas a los ancianos, el efecto se duplica.