La gran importancia de la lactancia materna para el bienestar de los niños y sus madres, familias y sociedades está muy bien documentada. Los niños que son amamantados tienen menor riesgo de morir en la infancia temprana, padecer enfermedades infecciosas como la diarrea, gripas e infecciones de oído.
También tienen menor riesgo de desarrollar obesidad y tienen un mejor desarrollo intelectual a corto, mediano y largo plazo. A su vez, sus madres tienen menor riesgo de sufrir hemorragias severas después del parto, de desarrollar cáncer de mama y ovario, así como hipertensión, enfermedades del corazón y diabetes tipo 2.
Es por esto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la lactancia materna como una de las intervenciones más costo-efectivas para promover la salud materno-infantil en todo el mundo.
De hecho la OMS estima que por cada dólar que se invierte en la lactancia materna hay un retorno de inversión de aproximadamente $35 dólares y el no invertir suficiente en la lactancia materna le está costando al mundo más de $300 billones de dólares en pérdidas de productividad cada año.
Además de estar documentados los beneficios de salud de la lactancia materna, también se cuenta con un gran conocimiento sobre como apoyar a las madres con el proceso del amamantamiento a través de los sistemas de salud y de consejería comunitaria especializada apoyados por políticas de protección social y promoción de salud.
También existen recomendaciones claras y precisas sobre los desenlaces óptimos de la lactancia materna. De acuerdo a la OMS, los niños deben ser puestos al seno materno dentro de la primera hora después del nacimiento, ser amamantados en forma exclusiva por 6 meses y continuar siendo amamantados hasta por lo menos 2 años una vez que se introduce la alimentación complementaria sana, nutritiva y segura alrededor de los 6 meses de edad.
Entonces la pregunta es ¿Porqué de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) México tiene tazas de inicios de lactancia dentro de la primera hora después del nacimiento (menos del 50%) y de lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de vida (14%) tan bajas, y está tan lejos de alcanzar la duración total de lactancia materna recomendada por la OMS (la mediana de la duración de la lactancia materna en México es de 10 meses)?
En breve, esta situación se debe fundamentalmente a que en México no hemos contado con la fuerte voluntad política que se necesita para implementar las medidas claves para proteger, promover y apoyar la lactancia materna.
Las violaciones al Código de la OMS de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna siguen siendo muy persistentes y no hay indicio de que el gobierno esté haciendo esfuerzos para asegurarse que el Código realmente se cumpla.
Esto sucede a pesar de que el gobierno de México está formalmente suscrito al Código y que la sociedad civil ha pedido que se cumpla este compromiso desde hace muchos años.



En el país aún no se cuenta con licencias de maternidad pagadas de suficiente duración para conseguir que las mujeres amamanten en forma exclusiva durante los primeros 6 meses y además más de la mitad de las mujeres mexicanas trabajan en el sector de la economía informal y están totalmente desprotegidas durante el periodo de maternidad.
Muchos lugares de trabajo aún no cuentan con lactarios donde las mujeres puedan amamantar o extraerse y almacenar su leche durante horas de trabajo. Es importante persuadir al sector empresarial de apoyar medidas laborales, incluyendo horarios flexibles siempre que sea posible, para facilitar que las madres trabajadoras amamanten a sus hijos, especialmente porque esto va a aumentar su productividad ya que las madres y sus hijos van a enfermarse menos y por lo tanto van a tener que faltar menos días al trabajo por causas de mala salud.
México tiene una cobertura bajísima de partos atendidos por hospitales de maternidad certificados con el sello de la OMS/UNICEF Hospital Amigo de los Niños, solo del 4% de acuerdo a un estudio reciente de la Organización Panamericana de la Salud.
Esa certificación se basa en que las clínicas u hospitales de maternidad den apoyo adecuado con o en preparación a la lactancia materna en la etapa prenatal, la labor y el parto, y la sala de maternidad.
Por otro lado el apoyo con la lactancia materna en los barrios o las comunidades utilizados por las mujeres durante la atención prenatal o una vez que son dadas de alta siguen siendo muy débiles. Esto se debe en parte a que casi no se ofrece adiestramiento en el área de la lactancia materna en las escuelas de formación de profesionales de salud incluyendo médicos y enfermeras.