Esta es una historia de derrota, miedo y supervivencia. Christopher Nolan crea un proyecto que captura a detalle la experiencia que sufrieron los soldados ingleses en las costas de Francia en 1940. Sin una forma para regresar a casa, el pánico reina entre los hombres, el instinto de supervivencia supera cualquier lógica.
Nolan presenta esta película como una experiencia vivencial. A través de 104 minutos de duración envuelve al público de una forma magistral, presentando los hechos en tres perspectivas: por mar, tierra y aire.
La decisión del director por dejar correr sin aviso las perspectivas confunden al momento, pero son detalles pequeños a comparación de los eventos que se desarrollan ante nosotros.
La película no cuenta verdaderamente con protagonistas o desarrollo de personajes. Dejar esto a un lado hace que uno no se envuelva emocionalmente, por el contrario, crea un vacío conforme avanza la historia.
Filmada totalmente en 70mm (IMAX), resulta el más grande acierto del proyecto, cada secuencia es representada de forma sorprendente, la magnitud fílmica del realizador sale a relucir, aunado a esto está el increíble diseño sonoro.
Musicalmente, el compositor Hans Zimmer llega a un nuevo nivel agregando un peso más profundo a la experiencia fílmica. Busca mezclarse de forma natural con el ambiente. La explosión de sonidos llega en el momento preciso. Inevitablemente nos pone a pensar un poco en la técnica de John Williams en su trabajo “La última cruzada”.
Dunkerque debe ser vista en la pantalla grande, no existe otra forma, ve y disfruta de esta experiencia fílmica. ¡No te arrepentirás!
Y.O.