Empty spaces, what are we living for?<br>Abandoned places, I guess we know the score, on and on<br>Does anybody know what we are looking for?<br>Another hero, another mindless crime<br>Behind the curtain, in the pantomime<br>Hold the line<br>Does anybody want to take it anymore?<br>The show must go on<br>The show must go on, yeah<br>(Espacios vacíos, ¿para qué vivimos?<br>Lugares abandonados, supongo que conocemos la puntuación, una y otra vez<br>¿Alguien sabe lo que estamos buscando?<br>Otro héroe, otro crimen sin sentido<br>Detrás de la cortina, en la pantomima<br>Mantenga la línea<br>¿Alguien quiere aguantar más?<br>El espectáculo debe continuar<br>El espectáculo debe continuar, sí)<br>

Queen

Este 2020, la economía mexicana registra una pérdida de un millón de negocios. El PIB nacional decrecerá en un 9.82% y la Organización Internacional del Trabajo considera que el desempleo será del 11.7% de la PEA, lo que equivale a que 6 millones de personas.

Habría que agregar a esto el decrecimiento económico y la pérdida de fuentes de trabajo que ya se venían acumulando desde antes. También sumar el que el TMEC presenta nuevos retos para la industria mexicana, pues los lineamientos para exportar a Estados Unidos serán más estrictos a partir de ahora. Además, nuestra economía (y desde la Secretaría de Economía) tendrá que lidiar con los arcaicos posicionamientos de la Secretaría de Energía y de Rocío Nahle, los cuales derivarán en demandas.

Ante este sombrío panorama, uno pensaría en una persona avezada en promoción a la inversión, comercio exterior, energía y políticas públicas para incentivar una economía que se encuentra en picada y generar mejores opciones para la planta productiva del país.

Sin embargo, el presidente López Obrador se ha decantado por una licenciada en lengua inglesa como titular de la SE... Todo lo criticado por el propio AMLO a los políticos de otros sexenios —saltarines de puesto en puesto, sin los conocimientos necesarios, todo por no salir del juego político— en la 4T se reitera.

Pero independientemente de lo inadecuado del perfil y de la cuestión de falta de experiencia en el ámbito (total, poco importa pues ya sabemos que la secretaría en cuestión en el fondo solo está de adorno) pareciera que la designación es un pago —bastante burdo y casi inmediato— por no hacer más olas ante la designación de Clara Luz Flores como candidata a la gubernatura de Nuevo León por Morena.

No se olvide que, con la visita de Mario Delgado a la Sultana del Norte hace pocas semanas, con objeto de “ungir” a Clara Luz, morenistas de cepa no lo consintieron, se levantaron en protesta y a ello algo ayudaron —sin querer o queriendo— los comentarios de Tatiana Clouthier en contra de esa definición. Eso sí, la hoy renovada ‘Tatis’ guarda un omnímodo silencio ante lo que suceda en su patria adoptiva.

Pero la “contraprestación” va más allá: desde el punto de vista político, el designarla secretaria de Estado significa meterla de lleno en la carrera presidencial. Otra mujer compitiendo donde hasta ahora solo figuraba Claudia Sheinbaum.

Flaco favor le hace a quien ha mostrado sus diferencias contra las necedades dichas por el ‘nene’ consentido de Palacio (o quizá debido justamente debido a ello), el doctor Hugo López-Gatell.

Y tan le significa competencia electoral a la jefa de gobierno de la CDMX que esta ayer ya claudicó y de paso se lavó las manos al decir que el cambio del semáforo epidemiológico a rojo dependerá de la Secretaría de Salud federal: “Nosotros establecimos el tema de las hospitalizaciones como central, pero el gobierno federal tiene 10 indicadores que nos establecen el color del semáforo y con eso nos estamos guiando y que nos envían cada semana. A partir de ahí se toman decisiones pero están creciendo las hospitalizaciones.

Este paso en reversa debe leerse como una forma de contrarrestar el arribo de Tatiana Clouthier, el nuevo florero en el gabinete del macuspano. Un elegante búcaro con influencias británicas que solo estará de adorno (bueno, a decir verdad es mejor eso que tratar de destacar improvisando y hundiendo más al país).

Eso sí, todo sin cumplir con el requisito principal de la honestidad pregonada por López Obrador: la honestidad de poder y querer servir a México.