Esto no es el final, ni siquiera el principio del fin, pero quizás es el final del principio<br>

Winston Churchill

Aterrizando realidades

Una economía que no crece, la inversión en reversa (-9.1% para julio y de -4.6% en lo que va del año, INEGI), un consumo privado frenado, dudas sobre la división de poderes, impugnación de contratos (gasoductos), Santa Lucía listo para despegar sin estudios ambientales ni aeronáuticos, una miscelánea fiscal casi terrorista y cero incentivos a la economía conforman la pista de aterrizaje de la ¿luna de miel? del presidente y los empresarios.

Turbulencia verbal

Andrés Manuel improvisa en sus mañaneras. Sus frases pegajosas y su forma de ser han logrado algo imposible: no importando lo que diga, haga u apoye, su popularidad se mantiene elevada. Un alto porcentaje —igual para aquellos que lo escuchan como para los que no— de la población cree en él, a pesar de que los indicadores económicos van en picada.

Sin embargo, también su léxico, su talante peleón y su actitud de vencedor, de vengador y de venganza están llevando a que los empresarios e inversionistas ya no solo frenen sus proyectos, sino pensar si es momento de retirar inversiones.

Y no, yo no creo que Andrés Manuel quiera eternizarse en el poder, pero pareciera que lo que dicen él, su equipo, sus seguidores, por no mencionar también a la oposición, solo le da vuelo a su actitud triunfalista y a la vez engañosa.

El mandatario ríe mientras Jiménez Espriú continúa mintiendo tanto al respecto de Santa Lucía como de Texcoco. Más que un secretario de Estado, parece un bully que está golpeando a los inversionistas, mismo cuando muchos de ellos ya están en la lona.

Despegue en falso

El anuncio de que Santa Lucía va, aduciendo que la operación de un aeropuerto civil trata de un asunto de seguridad nacional, es una pésima hoja de ruta.

Esta converge en la peregrina idea de hacer una planta fotovoltaica en Texcoco. Me pregunto: ¿quién será el valiente que quiera invertir su dinero en tan etérea propuesta? Complicado asunto.

Simulacros fallidos e instrucciones en caso de emergencia

Reuniones de los empresarios con el presidente hemos visto muchas. Poco útil ha resultado el comité de importantes empresarios o las comilonas que ha realizado López Obrador con ellos. Vaya, ni siquiera tener una relación cercana con Carlos Salazar, presidente del CCE. Hasta ahora, ninguno de estos conciliábulos ha aterrizado en inversiones de mediano plazo o en nuevos proyectos. La poca inversión que se dio este año era la que ya se tenía programada.

Pero para el 2020, no hay proyectos en firme, ni nuevas inversiones. Pareciera que el plan de vuelo está cambiando de forma drástica (y no muy buena) para México.

Despegue urgente

Ya ha iniciado la huida acelerada de proyectos empresariales hacia otros puertos. Donde la seguridad jurídica no se vea sacudida por los rumores del poder federal. En pocas palabras, podríamos estar ante una posible fuga de capitales. Y tal vez no solo sea un despegue urgente, sino algo más cercano a un “sálvese quien pueda” pues los empresarios siguen sin tener claro a qué presidente creerle. Hay dos: el que busca inversiones y el que permite que se les espante.

El rompimiento con la IP (relacionado con lo que parecían acuerdos) se encuentra a punto de despegar..

Hoyo negro

El hoyo negro de la 4T absorbe todo y nada se le escapa. Se ha acabado con la confianza puesta en el presidente, en el país, en los mismos empresarios. Este hoyo negro desaparece cualquier luz de esperanza.

Antes de ser succionados por este hoyo negro, es necesario que el capitán de este avión recapacite. Al igual que diversos servidores públicos ya tienen preparada de antemano su renuncia ante la arbitrariedad del “candado de 10 años”, empresarios de todos los niveles tomarán el avión y sacarán su dinero del país.