Dice El Fisgón en La Jornada

En el cartón de este jueves 31 de enero de Rafael Barajas, un trabajador de Pemex pregunta a otro: “¿Cómo se dice en inglés ‘Pinches Ratas’?”. La respuesta que da el último hombre es: “Fitch Ratings”.

Tiene razón El Fisgón: “Fitch Ratings” significa “Pinches Ratas”. Así de simple.

Hipócritas como sinónimo de “pinches ratas”

Andrés Manuel, más prudente que el extraordinario monero de La Jornada, dijo ayer que los directivos y analistas de Fitch Ratings son hipócritas. Y lo son, sin duda. Al peor Pemex, el absolutamente corrupto, lo calificaban mejor que al Pemex actual que lucha por limpiar sus estructuras. ¿Se vale? ¿Así de plano de inmorales?

Tienen razón El Fisgón y Andrés Manuel... y, pues sí, al presidente de México le funcionó decir la verdad 

A veces un gobernante no debe expresar lo que siente. La mafia es la mafia y es cabrona, por lo que muchos esperaban que a la mala calificación de Fitch Ratings se sumara la de Moody’s nada más para castigar al presidente mexicano que se atrevió a pelear con una calificadora.

No ocurrió así. Contra la dura opinión de Fitch Ratings, la otra gran calificadora, Moody’s —cito al diario Reforma— “aseguró que dará el beneficio de la duda al actual gobierno federal sobre las acciones que lleva a cabo en Pemex, por lo que al menos en el primer semestre del año no hará cambios a la calificación crediticia de la petrolera”.

Así lo anunció la vicepresidenta Senior de Moody's Investor Service, Nymia Almeida.

O sea, Moody’s no quire pleito. Y qué bueno. Esta calificadora con prudencia se va a esperar para evaluar el proyecto de Pemex del actual gobierno. 

Ni duda cabe, le dio resultado a Andrés Manuel decir lo mismo que El Fisgón, aunque en un tono más diplomático. Porque, pese a todo, hay diferencias entre una pinche rata y un hipócrita.

Ha sido un golpe duro —duele mas por lo bajo— el de Fitch Ratings, y aunque palo dado ni Dios lo quita, no deja de ser positivo que la otra calificadora importante no se sume al linchamiento de Pemex.

Veremos qué dice la tercer calificadora, Standard & Poor’s. 

El hecho es que no resulta sencillo para un gobierno pelear con la mafia global de las finanzas, pero a veces, por lo visto, lo mejor no es arrodillarse, sino llamar al pan, pan, y al vino, vino.

Y si, como es el caso, Fitch Ratings se quita el disfraz y se presenta como un nido de pinches ratas, pues hay que decirlo, aunque se enfurezcan.