Después de cerca de 44 años en el PJF ¡¡¡hoy por fin!!! se va Margarita Luna Ramos.
Mujer de origen chiapaneco que tomó por asalto a la Institución junto con sus hermanos, en particular con Alejandro Luna Ramos, quien fuera Magistrado en el Tribunal Electoral.
Llegó Margarita al PJF en el año 1975, toda una vida de canonjías.
Fue designada como ministra gracias a las negociaciones que su hermano Alejandro realizó con el jefe Diego Fernández de Cevallos, pues la bancada panista no les gustaba para ministra.
Y tenían razón, lo suyo, lo suyo de Margarita era el tráfico de plazas y de influencias así como, una de las máximas exponentes del nepotismo.
Claro, todo queda en familia, por ejemplo Pedro Esteban Penagos López y la Ministra Margarita Luna Ramos, comparten no sólo un estrecho vínculo por ser oriundos del mismo estado, Chiapas, sino porque la hija de Penagos, Yaremi Patricia Penagos Ruiz trabajó desde hace muchos años como secretaria de estudio y cuenta con la Ministra Luna, pero, Penagos, al igual, que los Luna Ramos tienen una gran y extensa red de conocidos y parientes trabajando.
Y, otro ejemplo más del tráfico de influencias de Margarita, lo encontramos con el Magistrado Jorge Eduardo Roque Luna, sobrino de la hoy ministra en retiro, pues tiene a su suegra a cargo de la comida que se vende en la cafetería del Poder Judicial de la Federación, en Acapulco, Guerrero, la cual, se encuentra aderezada con alas de cucaracha y los trabajadores tienen que soportar la mala calidad y los altos costos de los productos, pues la dichosa cafetería por más quejas que tenga del personal el Consejo de la Judicatura Federal, no hace nada.
A Jorge Eduardo Roque Luna, lo persigue su fama pues, desde que era juez gozaba de muy mala reputación por su prepotencia y por ser uno de los que le pide su "mochada" a los trabajadores por seguir manteniéndolos con nombramiento.
¿Será mucho pedir que con Margarita se vayan todos sus recomendados y familiares?
Si ello pasará habría mínimo un 40 % de vacantes en todo el PJF.
Así que adiós Margarita, adiós, 44 años de agandalle ya fueron muchos más de los que un país puede y debe soportar.
Por cierto, se rumora desea ser gobernadora de su estado natal