El “flamante nuevo, viejo” secretario de hacienda, José Antonio Meade Kuribreña entregó a la Cámara de Diputados el Paquete Económico 2017 que, para abrir boca, contempla una reducción al gasto de 239 mil millones de pesos, un presupuesto de egresos neto de 4.8 billones de pesos; pero en lo trascendental no cambia mucho a lo que en años pasados había presentado su antecesor Luis Videgaray Caso. La esperanza de que haya un cambio de la política económica con el nuevo Secretario de Hacienda y Crédito Público nombrado por Enrique Peña Nieto, son casi nulas, ya que Meade pertenece al mismo grupo que su antecesor y él mismo  ocupó  el mismo cargo en la administración de Felipe Calderón; la única diferencia, en mi opinión, es que cuando estuvo a cargo de la política hacendaria del panista, el precio del petróleo estaba a más de 100 dólares y la producción de cruda era mucho más alta.       El presupuesto propuesto para el año próximo, por el gobierno federal y que contempla la iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación correspondientes al Ejercicio Fiscal 2017, seguramente tendrán que ajustarse, dado el escenario adverso para la actividad económica que se está dando actualmente, tanto a nivel interno como externo con lo que se repetirá la historia del 2015 y el presente año que se redujeron las perspectivas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)  y hubo varios recortes al presupuesto que ya habían aprobado el legislativo. 

El presupuesto que entregaron los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)  a la Cámara de Diputados el pasado 8 de septiembre donde se planteó un tipo de cambio para el próximo año de 18.2 pesos por dólar; también se contempla un déficit de 2.9 por ciento del PIB para el siguiente año.

Los encargados de las finanzas públicas del país, encabezados por José Antonio Meade, estimaron en el paquete económico del año entrante un crecimiento del PIB de entre 2 por ciento y 3 por ciento, esto en línea con las estimaciones del sector privado y Banco de México, así como una inflación del 3 por ciento.   

La estimación de los ingresos petroleros para 2017 se proyectó a un precio promedio de la mezcla mexicana de crudo de exportación de 42 dólares por barril. Dicho nivel se encuentra respaldado por la adquisición de coberturas a un precio promedio de 38 por barril y por 4 dólares adicionales  del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, que propone establecer una subcuenta denominada “Complemento de Cobertura 2017”  con esto se obtendrán 18,200 millones de pesos. 

El paquete económico para el 2017 estima que las plataformas de producción será de un millón 928 mil barriles diarios y una plataforma de exportación de 775 mil barriles diarios, por  lo que la cobertura no alcanzará toda la producción. 

El cobro de las coberturas petroleras por parte del gobierno federal, significará el cumplimiento de lo proyectado en la Ley de Egresos, teniendo además efectos positivos en la reserva del Banco de México y se tendrá divisas para resistir las presiones al peso en el mercado cambiario.

Los ingresos petroleros siguen siendo muy importantes para las finanzas públicas del país y para el próximo año se tendrán mucho menores ingresos por este concepto, lo que  ocasionará seguramente más recortes en el presupuesto, lo que seguramente tendrá efectos negativos en el empleo y el crecimiento económico.    

El gasto programable en 2015 se redujo en 0.7 por ciento del PIB equivalente a 124.3 mil millones de pesos. Para este año se estimó que la reducción del gasto, sin inversión en proyectos de alto impacto y con respecto al estimado del año pasado, fue de 133.8 mil millones de pesos. 

El presupuesto en inversión que son los recursos destinados a la creación de bienes que incrementan el patrimonio público, como la construcción o adquisición de infraestructura inmuebles, así como los recursos que contribuyen a su preservación, disminuyeron en el  presupuesto de egresos del 2016 en un 21 por ciento en comparación con el año pasado y para el 2017 se maneja un recorte más severo, sobre todo para proyectos de Petróleos Mexicanos (Pemex) lo que provocará despidos de más de 9 mil trabajadores de la empresa productiva del estado y bajará aún más la plataforma de producción de crudo.

Para el próximo año lo que se contempla es un círculo perverso, que se ha venido dando desde hace muchos años, que contempla recortes en proyectos de Pemex, lo que provoca una menor producción de crudo y reducción de la actividad industrial en ese sector, ocasionando un menor crecimiento, mayor desempleo; parece ser que lo que se quiere es desmantelar a la empresa productiva del Estado y que sean los privados los que manejen ese sector industrial.           

La baja de los ingresos petroleros es evidente, actualmente la cotización  del barril  de la mezcla mexicana de crudo,  en el mercado internacional es de 37.07 dólares por barril lo que está por debajo de los 42 dólares estimados en la Ley de Ingresos para el 2017, lo que seguramente provocará  que haya más recortes presupuestarios a lo largo del próximo año.  

Los criterios de política económica previstos por el gobierno para el 2017 difícilmente se cumplirán y tendrán que ser ajustados a la baja.

La estimación del crecimiento del PIB planteada por el gobierno para 2017, es difícil que se llegue, esto debido a una menor inversión sobre toda en la infraestructura.

Sí hay factor determinante para impulsar el crecimiento en el país en el 2017 y que requiere acompañar a las reformas en estructurales es la creación de infraestructura que ayude  directamente a la población; pero como vemos ha disminuido mucho el gasto en infraestructura, lo que ya está ocasionando problemas severos para muchas empresas de la construcción, que  trabajan para el gobierno como es el caso de ICA y tal parece que la banca de desarrollo como Nafin y Banobras, se han dedicado a fondear empresas españolas quebradas como Abengoa o OHL. 

El gobierno federal difícilmente podrá cumplir el tener un déficit presupuestario del 2.9 por ciento, si quiere solventar su gasto programable, previsto para el 2017 y no recortar aún más, provocando un mayor endeudamiento  

Durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, con todo y que se tuvieron los ingresos petroleros más altos de la historia de México, se tuvo déficit en casi todos los años y lo peor es que este fue para solventar el gasto corriente y no para infraestructura productiva, lo que provocó un mayor endeudamiento, ahora que hay vacas flacas y los mismos actores  no tiene por qué ser distinto.     

La inflación que está prevista para el país este 2017 de 3 por ciento, será en mi opinión muy difícil de cumplir debido a la depreciación que está sufriendo el peso frente al dólar, lo que ya está provocando que las importaciones tanto de materia prima e insumos para la producción, así como de servicios y productos terminados,  aumenten los precios para el mercado interno y los costos para las empresas del país, lo que se transformará en una alza de precios. Tenemos que recordar que más del 50 por ciento de los insumos y materias primas para la producción así como un sin número de mercancías y servicios incluyendo los alimentos son adquiridos en el exterior.

El pasado jueves 14 de septiembre el peso mexicano ligó su sexto día consecutivo de depreciación frente al dólar estadounidense acumulando una pérdida de 5.3 por ciento en el periodo, siendo ésta su segunda peor racha del año, quedando la cotización en 19.22 a la venta, que está muy por encima de los 18.2 pesos por dólar contemplado en el presupuesto del 2017.

Esta cotización inclusive superó las presiones alcistas registradas previo al Brexi, cuando alcanzó una depreciación de alrededor de 4.4 ´por ciento, perdiendo 88.5 centavos. 

Las economías emergentes como México se han desacelerado y presentan  retos importantes, tanto por la expectativa de que  aumente el próximo  22 del presente mes las tasas de interés en Estados Unidos, lo que significa un fortalecimiento del dólar frente al peso así como por la importante caída de los precios de ciertas  materias primas como el petróleo, esto asociada a un menor crecimiento en China. En particular, Rusia, Brasil y otras economías emergentes, se encuentran en recesión y con riesgos de un deterioro en sus perspectivas económicas aún mayor, mientras que India y Corea han logrado conservar su ritmo de crecimiento, aunque marcado por mayor incertidumbre.

Otro factor que está presionando y contribuyendo a la depreciación  de la moneda mexicana es la posibilidad real de que el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, derrote a su contrincante la demócrata Hillary Clinton el próximo mes de noviembre y que las relaciones comerciales entre México y su vecino del norte disminuyan notablemente lo que acarrearía un perjuicio para ambas economías.       

La situación económica para México en 2017 no es nada halagadora y son pocas las cosas que se pueden hacer para mejorar esta situación. Entre lo que se podría recomendar es que el presupuesto de egresos, sobre todo para la construcción de infraestructura, se ejerza la más pronto posible y que a las empresas privadas que realicen estos trabajos se les pague a tiempo e inclusive se les adelanten los pagos, para que puedan cumplir su cometido en tiempo y forma sin despedir empleados.    

La ortodoxia neo-liberal que se ha practicado hace más de 30 años en México, no ha dado resultado y la alternancia, es un mito genial y para comprobarlo está, José Antonio Meade, Francisco Gil Díaz, Agustín Cartens entre otros que lo mismo sirven a las administraciones, priistas como panista y siguen aplicando las mismas recetas que no han dado resultados para el desarrollo del país.