Nadie puede negar y quien lo haga se niega a ver una realidad, el Presidente Andrés Manuel es todo un mago de la imagen y la publicidad, controla al público desde el momento mismo en que pone un pie, en la zona.

La gente grita de emoción con sólo saber que está próximo a llegar, se escuchan porras, vivas, es todo un rock star.

El manejo del lenguaje lo tiene bien controlado y estudiado, sabe que decir e improvisa si es necesario, por cierto con acierto, como esa nueva frase acunada de su ronco pecho: “me cansó ganso”.

Popularizada ya de inmediato e impresa en gorras que a la venta estaban por los comerciantes.

En Iguala, se presentó el 7 de abril y literalmente arrasó en unas canchas de basquetbol, llenas a reventar no cabía una persona más, hubo incluso una regidora que por no tener invitación afuera se quedó.

El equipo de coordinación había llegado desde hacía más de una semana, todos sabían que venía el Presidente, fue la noticia de impacto en la comunidad.

Y, cómo no, si el efecto Andrés Manuel es nacional.

Todos querían estar con el Presidente como gente de la sierra de Guerrero que representan ocho municipios, con peticiones muy específicas, familiares de desaparecidos, hombre y mujeres de la tercera edad también han encontrado en Andrés Manuel una nueva esperanza de vida.

El Presidente aseguro que se luchará contra la corrupción, contra la pobreza, se impulsará la investigación sobre los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, se entregaran las tandas nacionales, los préstamos ganaderos, solamente en Guerrero se dará fertilizantes, a cada una de sus propuestas y ayudas el pueblo le respondía con aullidos de alegría, con esperanza, con adoración, ese es el efecto Andrés Manuel.