Lo impensable está sucediendo, Felipe Calderón está rebasando por la izquierda al compañero presidente y camarada Andrés Manuel López Obrador.

Calderón presumió que México Libre tiene más afiliados que Morena, PAN y Movimiento Ciudadano, lo que quizá lo convierta en la mayor fuerza opositora.

¡Y con métodos de cercanía con el pueblo de a pie, como Andrés!

 

Morena no une las piezas

En contraste Morena atraviesa por un problema de liderazgo y falta de cohesión, con conflictos internos que llegaron incluso a los tribunales para decidir si será Yeidckol Polevnsky, apoyada por los hijos de Andrés Manuel, o Alfonso Ramírez Cuellar, apoyado por la primera dama, quien se quedo finalmente con el liderazgo de Morena.

Los pleitos seguirán y tendrán cabida en alianzas electorales apoyando directa o indirectamente otras fuerzas.

 

La estrategia Salinista

Dado que Morena está en choque permanente, y que no existen las lealtades ni la disciplina priista a la que había apostado, AMLO sigue la ruta de su némesis, Carlos Salinas de Gortari.

AMLO enfrenta una situación similar a la de Salinas quien al no tener el control de la CTM y más de la mitad del partido en su contra, se debatía entre la democratización, propuesta por Luis Donaldo Colosio, contra el PRI de “los de siempre” con Manlio Fabio Beltrones, José Murat, Ricardo Monreal, César Augusto Santiago, Roberto Madrazo, entre otros más.

Su estrategia entonces fue la creación de un nuevo partido, que denominaría Solidaridad, ante la imposibilidad de lograrlo, decidió hacer partidos “satélites” afines a él y creo el PVEM, el PT de su gran amigo Alberto Anaya y el de Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado y con todo ello, logró mantener la simulación de un IFE “ciudadano” aunque siguiera bajo el control de la Secretaria de Gobernación.

Lo mismo está haciendo AMLO, quien, ante la división de su partido, decidió tratar de contrarrestar la independencia del INE y crear partidos afines a él.

Andrés Manuel aseguró que si Morena “se echa a perder” renunciaría a su militancia, dando pie a reemplazar a su partido y crear otro movimiento junto con el PVEM y el PT y las agrupaciones políticas que están en el proceso para convertirse en nuevos partidos, como Encuentro Solidario, antes Encuentro Social, de Hugo Eric Flores; las Redes Sociales Progresistas, de Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México, ligado al senador suplente de Morena, Pedro Haces y, el Frente por la Cuarta Transformación, que lidera Elías Moreno Brizuela. A estos movimientos habría que sumar al PRI caduco, al de siempre, que lo apoya, y al MC de su amigo Dante.

Mientras que AMLO prefirió la ruta de Salinas y abandonar su estrategia de más de 18 años, Calderón retomó el modus operandi de AMLO y se fue a las bases, caminó las colonias y recorrió los pueblos para crear su partido México Libre, que guste o no, y aunque yo no coincida en sus principios, es hoy por hoy la única oposición que tiene verdaderas posibilidades de evitar que AMLO mantenga la mayoría en el Congreso.

 

¿La derecha contra la ultraderecha?

Mientras Calderón dejó el discurso conservador y religioso y se decidió por el de la legalidad y la “democracia”, AMLO, igual que Salinas con la Iglesia Católica, decidió ir por el conservadurismo.

Para muestra un botón de cómo AMLO se desvió hacia el conservadurismo que dice atacar y Calderón tomó el otro camino. En su conferencia mañanera AMLO destacó lo siguiente: “…se debe de moralizar la vida pública, purificar la vida pública, es más, porque eso calienta más”. Y lo peor de esa perorata mañanera es que responsabilizó a la izquierda al asegurar que: “La izquierda cometió el grave error de hacer a un lado a la familia y la dejó a la derecha, con toda su hipocresía”.

Calderón rebasó por la izquierda a un AMLO que decidió avanzar por el conservadurismo, dando en todo momento prioridad al lenguaje evangélico y neoliberal, siendo sumiso a Trump y echando a la basura el discurso democrático.