Presumen traer oro, mirra e incienso, pero a veces pareciera que en realidad lo que desean es a-“dorarlo” y, por lo mismo, trastocaron sus regalos en oropel, mierda e incendios innecesarios.

Los precandidatos, por su parte, también pidieron su regalo; claro no no a todos podrán cumplirle. Pero, los candidatos ¿qué le darán al niño? (el elector mexicano), quien es quien debería recibir los regalos.

Los candidatos ofrecen todo, promesas vanas porque prometer no empobrece, dar es lo que se complica. Si nos centramos en los precandidatos presidenciales, las ocurrencias van desde prometer un salario universal para todos los mexicanos, pasando por la desaparición mágica de la corrupción y llegando a lo mejor está por venir. En los tres casos, no hay una razón detrás de las promesas, ni una plan/proyecto estratégico para lograrlo. Tal vez, si fueran bien planteadas, explicando lo que ofrecen podríamos hacer un juicio sobre las mismas, pero al desconocer el mínimo del contenido, se vuelven eso, sólo oropel.

En apariencia, nadie ofrece mierda, ¿quién la querría? Pero todos los días, en las redes sociales, en los medios informativos especialmente los equipos de los candidatos es lo que ofrecen. Vituperio. Algunos datos:

A partir del 14 de diciembre y hasta el 27 de junio recibiremos 59 millones 731mil 200 spots en radio o televisión. Esto es 304 mil promocionales diarios y solo es en radio y TV. A esto hay que sumarle todo lo que veremos en internet y en prensa escrita.

El 38.8% de los spots serán en TV (23 millones 218,944) de 30 segundos máximo cada uno. Lo cual ofrece cantidades apabullantes que no tienen ningún pago a las televisoras. El costo varía en plan austero de $5,017 hasta el costo en Prime Time de $1,297,890 pesos por cada 20 segundos. Eso es convertir millones de pesos en mierda. Sin contar el costo de hacer cada spot.

Desglosado (sólo spots televisivos):

• En la precampaña, (14 diciembre-11 febrero), nos chutaremos 7.1 millones de impactos.

• En el periodo de intercampañas (12 febrero-29 marzo), 5.4 millones. Es la única etapa donde los candidatos tienen el mismo número de spots.

• Para la campaña (sí, todo suena a campaña pero así lo marca el INE) (30 marzo-27 junio) serán 10,6 millones de spots.

Así es estimado lector, valdrá apagar el radio, la TV y suscribirse a Netflix u otro sistema de TV cerrada.

En el caso del incienso, si bien sirve para limpiar y aromar el ambiente, pareciera que nuestros candidatos, dizque magos, en lugar de procurar mantener un ambiente civilizado, hacen gala de polarizar a la población. Dando a entender que si ellos no quedan la elección ha sido comprada, lo cual es una falta con terribles consecuencias. No se puede –ni debe- deslegitimizar las instituciones en el proceso que nos incumbe. Se debe asistir a su fortalecimiento, velar porque se cumpla la ley y no incendiar a la población.

Hasta el momento no hay propuestas reales y concretas, ni hoja de ruta o estrategia que demuestre que sus promesas tienen sustento. Se asemeja más a una guerra de “dimes y diretes”, donde lo único válido es descalificar al contrincante. 

Ejemplos sobran. El problema de este comportamiento –como se ha comentado en otras columnas- es que los candidatos están abonando a un incendio en sus respectivas huestes en caso de que no sean favorecidos por el voto popular. Sumemos a esto, que serán unas elecciones muy cerradas y se debería pedir a los electores que vayan a votar y agranden esa diferencia, no seguir incendiando con arengas culpando a los otros.

El niño a-“dorado” puede quedar tan quemado con los “regalos” que el próximo presidente de la nación, tenga muchos más problemas (de los que ya se tienen) para poder reanimar al país y que sea capaz de trabajar, estudiar y volver a ver a su país, como la nación que nos requiere a todos para poder crecer y salir avante.

Yo le pido a los Reyes, inteligencia, honestidad y entrega de nuestros candidatos, sus equipos y tener estos seis meses una competencia donde las propuestas políticas sean verdaderamente de oro, incienso y mirra.

Al final, gane quien gane, el elector podrá quedarse con los tres regalos y preferimos que sean obsequios y no más problemas, pero a deferencia de la leyenda bíblica, el “niño” deberá escoger a un solo padrino.