El sábado 15 de septiembre, mientras el Canelo hacía su papelazo y Enrique Peña Nieto daba su último grito como Presidente de México, se cumplieron 10 años del estallido de una crisis financiera que salió del mercado hipotecario estadounidense para poner contra las cuerdas a las economías y sistemas financieros de todo el mundo.
Aun hoy, conocidas las historias de miles de ciudadanos de Estados Unidos que perdieron sus casas y otros tantos miles de europeos que vieron como sus pensiones se esfumaban porque alguien tomó la decisión de usarlas para otorgar créditos hipotecarios que se volvieron irrecuperables, cabe preguntar, ¿Por qué este tsunami no hizo pedazos al sistema financiero mexicano?
Pues porque evidentemente nuestro sistema financiero estaba preparado para recibir un impacto de esas características y dimensiones.
Para empezar, una larga experiencia en crisis locales previas había provocado que en nuestro país se hubieran construido condiciones que hacían prácticamente imposible generar hipotecas subprime.
Empecemos por decir qué es una hipoteca subprime...Para evitar explicaciones muy técnicas recomiendo la película The Big Short (absurdamente traducida al español como La Gran Apuesta), una joya de humor negro filmada en el 2015, y dirigida por Adam McKay, que trata precisamente de lo que pasó a partir de que las hipotecas subprime irrumpieran violentamente en el mundo.
Pero para definir qué es una hipoteca subprime, basta con decir que son créditos que nunca debieron haberse otorgado porque quienes lo recibieron muy difícilmente tendrían capacidad para pagarlos.
Y los créditos hipotecarios subprime fueron resultado de regulaciones laxas y reguladores irresponsables, así como de la abundancia de capitales en busca de destinos de inversión y una enorme ambición de quienes jugaron a la ruleta rusa con el sistema inmobiliario... Y perdieron.
La crisis subprime fue resultado de que la ambición pudo más que la ortodoxia y la disciplina financiera, inflando un mercado para dar forma a una burbuja inmobiliaria que más temprano que tarde acabó reventando.
Y antes de continuar con una crónica de estos hechos, prefiero hacer uso para ello de una serie de tuits de la española María Muñoz (cuenta de Twitter: @mariadelamiel), que en forma clara y con mucho sentido del humor, explica lo que ella misma vivió en aquellos días:
“El viernes 12 de septiembre del 2008 llamé al departamento correspondiente del banco privado donde trabajaba:
-Yo: Oye, ¿qué pasa con Lehman Brothers?
-R: Nada, no pasa ni va a pasar nada, sigue siendo triple A. Ningún problema.
-Yo: Ok, gracias. Crucemos dedos.
“El lunes 15 de septiembre del 2008 desperté y la radio hablaba de la mayor quiebra de la historia. No lo podía creer. Me quise morir.
“Llegar a la oficina y encontrarme con compañeros llorando o con crisis de ansiedad.
-Lehman en bancarrota... ¿Sabes lo que eso supone? Es el fin.
“El banco donde trabajaba tenía unos 500 millones de euros afectados por Lehman. Millones ya esfumados y que estaban repartidos en las cuentas de cientos de clientes. Descuelga el teléfono, llama a tus clientes y explícaselo.
“La mayoría de ellos no sabía nada de Lehman Brothers Holding Inc.
-Gracias por informarme pero ¿a mí eso me afecta?
[Tierra trágame]
-Mire, usted tiene un producto ligado a la acción de Santander y de BBVA, pero el emisor es Lehman. Es posible que no recupere nunca su dinero.
“En la noche del 14 al 15 de septiembre del 2008 las autoridades estadounidenses firmaron el acta de defunción de Lehman Brothers. El cuarto mayor banco de inversión de Wall Street, una firma señera con 158 años a sus espaldas, era historia.
“De la noche del viernes a la mañana del lunes los mercados financieros vieron cómo uno de los principales eslabones del mercado financiero se volatilizaba. Había empezado la onda expansiva pues el mercado estaba lleno de vasos comunicantes.
“Vasos comunicantes entre entidades financieras que eran, y son, los que mantienen el sistema financiero en pie. Los bancos se prestan dinero entre sí, son contrapartidas de otros, incluso unos financian a otros o tienen líneas de crédito. La quiebra de Lehman quebró el sistema.
“De hecho, horas después de la quiebra de Lehman, la mayor aseguradora del mundo, AIG, levantó la mano para reconocer que no podía más; que o le mantenían con vida con un chute de dinero, o caía detrás...
“Y entonces, las mismas autoridades que no habían acudido en auxilio de Lehman, suministraron 85.000 millones de dólares a AIG alegando, ahora sí, que era "too big to fail" (demasiado grande para caer) y suponía un gran "riesgo sistémico" para el mundo.
“¿Por qué AIG sí era una entidad "too big to fail" y Lehman no? ¿Por qué no se impidió la quiebra de Lehman? Son las preguntas sin respuesta que 10 años después siguen siendo un misterio, aunque hay diversas teorías.
“Lehman e IAG no eran las únicas. Ese fin de semana también entró en estado terminal Merrill Lynch, otra de las firmas legendarias de Wall Street, pero el lunes volvió al mercado comprada ya por Bank of America.
“Y todo cambió... “En una semana, el Wall Street que todos conocían ha muerto”. Así rezaba un titular en The Wall Street Journal. Pero ¿cómo era posible haber llegado hasta aquí?
“Tras el 11S en el 2001 y las palabras del entonces presidente, George W Bush en el 2002, se empezó a generar una burbuja: dinero barato y para todos... “Ser propietario de una casa es parte del sueño americano. Y por eso, ayer mismo pedí al sector privado que nos ayude, y que ayude a los que desean comprar casas.”
“Continuó el Presidente Bush diciendo: “Necesitamos más dinero en el mercado para los compradores de bajas rentas que por primera vez acceden a la vivienda”. Y dicho y hecho. La Reserva Federal bajó los tipos de interés del 6% al 1 por ciento.
“El dinero era barato y fácil de conseguir, así lo había querido el Presidente Bush y así fue. 8.000 bancos y sociedades hipotecarias americanas salieron a la calle a conceder préstamos para que los norteamericanos compraran casas.
“Además, en el 2005 los demócratas derribaron la ley que embridaba a Fannie Mae y Freddy Mac, los gigantes hipotecarios de EEUU. Ambas compraban los préstamos de mejor calificación de las entidades financieras y las titulizaban (hacían paquetitos de hipotecas y los vendían).
“¿Os imagináis el mundo lleno de hipotecas de baja calidad, concedidas a gente sin recursos y comercializadas como paquetitos de deuda súper rentable por todos los bancos mundiales desde Asia hasta Europa? Sí, eso mismo...
“Entonces llegaron los NINJA: los No Income, No Job, No Assets. O lo que es lo mismo, los que no tenían ingresos, ni trabajo, ni propiedades, a los que se les concedieron hipotecas para que cumplieran el sueño americano
“Hipotecas concedidas a NINJA = hipotecas subprime = hipotecas basura. Y lo peor estaba por llegar. Dos años después de aquello (en el 2003), el presidente de la Reserva Federal (A. Greenspan) decidió que ya estaba bien de dinero barato.
“Los tipos de interés en EEUU empezaron a subir. Desde el 1% en que estaban en el 2003, pasaron al 3% en el 2005 y alcanzaron el 5,5% en el 2006. Ya estaban todos pillados...
“Aquellos sin ingresos, sin trabajo y sin propiedades que garantizaran sus deudas no podían devolver el dinero prestado. Así, metían las llaves en un sobre, las enviaban al banco que les había prestado el dinero y abandonaban la casa.
“Las deudas de millones de norteamericanos se habían vendido en paquetitos (titulizaciones) por todo el planeta. Ya estaba el lío montado.
“El primer síntoma de las turbulencias que se avecinaban se produjo en abril del 2007 con la quiebra de New Century Financial, una pequeña entidad especializada en la concesión de estas hipotecas NINJA.
“Pero es en agosto del 2007 cuando los sabios fechan el inicio de la demoledora crisis. En ese mes y en tan sólo tres días (del 6 al 9) quebraron tres sociedades hipotecarias estadounidenses y en Europa, el banco francés BNP Paribas anunció la suspensión de tres de sus fondos.
“Los fondos de BNP tenían dentro activos ligados a las hipotecas subprime (aquellos famosos CDO y ABS) y debido al desplome del precio de estos no podía calcular el valor liquidativo de sus fondos y se veía obligado a bloquear la retirada de dinero por parte de los inversores.
“La situación comenzó a extenderse y el mercado interbancario, allí donde van los bancos a prestarse dinero, quedó paralizado. Ningún banco se atrevía a prestar a otro por miedo a que tuviera en su balance ABS, CDO o titulizaciones ligados a hipotecas subprime.
“Empezaron las inyecciones de liquidez por parte de los Bancos Centrales para que el sistema funcionase. Así se inició el 2008, pero el contagio ya era evidente. Todos los bancos empezaron a anunciar pérdidas millonarias. Todos, grandes y pequeños estaban heridos de muerte.
“En marzo del 2008, la Reserva Federal facilitó un préstamo de emergencia a JP Morgan Chase para intentar evitar la caída de Bear Sterns otro banco de inversión y broker global que estaba hasta las cejas de valores respaldados por activos inmobiliarios subprime.
“Ah, qué historia de suspense -o terror- tan magnífica ¿verdad?
“Se sabía que los bancos tenían problemas, pero nadie sabía el alcance de estos. En verano del 2008, Lehman había perdido ya 94% de su valor en bolsa desde sus máximos alcanzados en el 2007. Era la crónica de una muerte anunciada a la que, dicen, contribuyó su CEO, Richard Fuld.
“La supervivencia de Lehman pasaba irremediablemente por la entrada de un nuevo gran accionista que recapitalizara la entidad o por su venta a terceros. Incluso W.Buffett estuvo mirando las cuentas, pero descartó la compra por falta de garantías desde el Tesoro americano.
“Lo mismo ocurrió con Barclays y Bank of America, estas se habían postulado como posibles compradoras de Lehman pero ese fin de semana Barclays abandonó la idea y Bank of America se quedó con Merrill Lynch. Fue la madrugada del domingo 14 al lunes 15 de septiembre de 2008.
“Y todo lo que vino después ya lo conocen, o deberían, y da para otro hilo. Una última cosa, una vez leída mi aportación a la memoria. Si les gusta, deben leer The Big Short (La Gran Apuesta) y ver la película del mismo nombre con un reparto excepcional.
“Margin Call es floja y muy superficial para tratar este tema del Lehman. Mucho mejor The Big Short sin duda. Y también, pueden leer y ver el documental que ganó Oscar en 2011; Inside Job”.
Hasta aquí con la reseña que le tomé prestada a María...
Recordar la crisis de las hipotecas subprime permite valorar la importancia de la ortodoxia en la conducción de un sistema financiero y eso, inevitablemente, lleva también a valorar la importancia de las instituciones de quienes depende mantener esta ortodoxia.
Y repito, si en el 2008 no tuvimos que asistir al entierro de nuestro sistema financiero, es porque a lo largo de muchos años el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, a la cabeza del resto de las instituciones públicas ligadas al sistema financiero, habían construido un sólido blindaje basado en la solidez de las prácticas y en las ya muy mencionadas disciplina y ortodoxia.
Baste decir que en México no se permitió la creación de una burbuja inmobiliaria, que era y es impensable otorgar créditos hipotecarios con la ligereza e irresponsabilidad que se hizo en Estados Unidos y que se han creado condiciones para evitar riesgos por encima de lo que marca el manual, a quienes invierten en instrumentos que se generen en el sistema financiero mexicano.
No fue casualidad que eludiéramos la crisis de las hipotecas subprime, del mismo modo que hoy sigue sin ser una casualidad que existan condiciones que tengan acotadas variables fundamentales como inflación, tasas de referencia... Y que esto permita también estar muy al pendiente de lo que pase con el tipo de cambio y con el desempeño de la economía y el empleo.
Toca reconocer la importancia de esta solidez financiera y dar mantenimiento a los factores que le han hecho lo que es.
Simple... Trata de reconocer que el futuro de un país, incluyendo los objetivos de la más estricta naturaleza social, depende de la solidez que tengan su economía y sistema financiero
Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos
Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com
Twitter: @horacio_urbano