“De la nieve caída en el lago nacen los cisnes”, dijo Ramón Gómez De La Serna.

Los marranos, ¿de dónde nacen? Del lodo, seguramente. El dueño de Milenio, mi examigo Pancho González, cuando alguien en la plática enfrentaba a una persona caracterizada por su autoridad moral con un tipo frívolo, decía: “Eso es como comparar un cisne con un marrano en materia estética”.

Hoy, mientras leía en El Financiero la columna de Raymundo Riva Palacio acerca de un nuevo enfrentamiento entre Claudia Sheinbaum y Hugo López-Gatell por diferencias relacionadas con la estrategia para combatir el covid, pensé en la frase del señor González.

Más allá de si Riva Palacio contó una anécdota verídica o esta vez le informaron mal, no hay duda acerca de que Sheinbaum pocas veces ha estado de acuerdo con López-Gatell. Decir lo contrario es pecar de ingenuidad. Esto al margen de si AMLO desmiente lo dicho por el columnista de El Financiero. Sería políticamente ingenuo esperar que el presidente de México admitiera la existencia de tal pleito.

En estos casos hay que tomar partido. Imposible no hacerlo en un asunto que ha costado ya demasiadas vidas.

Habrá quienes aplaudan al rockstar de la epidemiología. No les entiendo, pero les respeto. Otros pensamos que es ella, no él, la única funcionaria que ha sido invariablemente sensata en la actual, terrible crisis de salud.

La jefa de gobierno de la Ciudad de México ha brillado por prudente, responsable y seria en sus acciones para impedir que la pandemia siga haciendo daño. El subsecretario de Salud ha destacado exactamente por lo contrario.

No es lo que piensa Andrés Manuel López Obrador. Es decir, el presidente de México ve en Claudia a una mujer excepcionalmente talentosa, pero en el caso que nos ocupa ha decidido darle absoluta credibilidad al rockstar. Creo que es un error del extraordinario líder social que nos gobierna y que tiene todavía tiempo de corregir lo que su epidemiólogo ha hecho mal, que en mi opinión es mucho.

En esta historia el cisne se apellida Sheinbaum. Desde luego, nadie es marrano en la 4T. Jamás diría otra cosa. Pero, ni hablar, Gatell sí ha ensuciado con el lodo de su necedad y su protagonismo al gobierno histórico de López Obrador. Urge la limpieza, antes de que contamine al resto de la administración.