“Estas son las historias verdaderas que deberían contar Ciro Gómez Leyva y Carlos Loret, no las mentiras que dicen en el radio”.

Así empezó su narración una persona que ayer pidió permiso en su trabajo para ir por su mamá a un hospital donde estuvo internada. La personas que me ha contado su experiencia me ha pedido permanecer en el anonimato. Esta me dijo, tomé apuntes:

“El sábado llevé a mi mamá a una clínica del IMSS. Tenía dolores intensos en el vientre. Era el apéndice. El doctor diagnosticó que era urgente operarla, que no podían esperar a hacerlo. El riesgo de peritonitis era alto. Pero todos los quirófanos de la clínica estaban ocupados. De inmediato, el doctor pidió una ambulancia para trasladar a mi mamá al hospital privado más cercano. Antes de que yo preguntara, me dijeron que no me preocupara por el costo: el IMSS se iba a hacer cargo de todo, me tranquilizaron diciendo que lo importante era atender a la enferma. La operaron, salió bien. Ayer lunes fui por ella al hospital privado que el IMSS pagó porque no tenía quirófanos disponibles. No me costó ni un centavo. Hay muchas otras historias del sector salud mexicano, las buenas historias que los periodistas no cuentan. ¿Por qué en el radio Ciro y Loret no las mencionan? ¿Por qué solo destacan casos negativos? ¿Tan grande es su odio a López Obrador? ¿Actúan así por otra razón? Lo sabrán ellos y sus conciencias”.

No son malos periodistas Ciro y Loret. Todo lo contrario, conocen su oficio a la perfección. Creo que desde que empezó la 4T le meten demasiada pasión a su trabajo. Cierto resentimiento relacionado personas del nuevo gobierno les ha hecho perder algo de objetividad. Ojalá lo entiendan y rectifiquen para que no dejen de ser líderes creíbles en los medios.