Notable, porque va contra la corriente —la generada por tantos columnistas que insisten en que el mexicano es un “Estado fallido”—, la columna de este martes de Javier Tejado Dondé en El Universal. Tiene razón: en México, a diferencia de otros países, como Chile, hay gobernabilidad y paz social. Enfrentamos un problema de inseguridad, sí. Generado por un gobierno anterior, el de Felipe Calderón, que recurrió a la guerra contra el narco para tratar de que se olvidara el fraude electoral que lo llevó al poder. Pero es una situación que se está combatiendo, ahora sí con estrategia, basada en la Guardia Nacional, que dará resultados en cuanto el proyecto se consolide.

Desde luego, conoceremos más crisis como la de Culiacán, pero se irá avanzando en el proceso de superar las dificultades. Hay autoridad moral en la cabeza de la administración pública federal, el presidente tiene en sus manos las riendas del país y, además, cuenta con el apoyo de la mayoría de la población. De hecho, inclusive en el ámbito de la seguridad pública el progreso es notable, lo acepten o no tantos críticos interesados en que fracase el presidente López Obrador. Aunque se ha llevado la gran golpiza mediática, el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, ha hecho la tarea correctamente, lo que no había ocurrido en el país desde finales de 2006.

Lamento que tantos periodistas se presten al juego de buscar desestabilizar a un gobierno distinto, honrado y comprometido con la gente que más necesidades tiene. A diario, Raymundo Riva Palacio, en El Financiero, se saca de la manga teorías absurdas para golpear al presidente de México y a su portavoz, Jesús Ramírez. A diario, en las mismas páginas en las que publica Raymundo, el columnista más identificado con Carlos Salinas de Gortari, el señor Pablo Hiriart, calumnia a Andrés Manuel. Una día sí y otro también el periódico Reforma editorializa en contra de la 4T. Así están la mayoría de los noticieros de radio. Así los ejércitos de bots pagados quién sabe por quién para desprestigiar a López Obrador y a su equipo en las redes sociales.

Lo último, y más inmoral, que han hecho los columnistas de la orquesta que toca cada día, en los medios, la sinfonía fallida contra López Obrador es usar el accidente lamentable de la camioneta que transportaba reporteros en una gira presidencial para manipular la información y decir que Andrés Manuel es el peor enemigo de la prensa. Qué infamia. Me parecieron miserables los artículos de hoy de Carlos Marín, en Milenio, y Salvador Camarena y Pablo Hiriart, en El Financiero. “Periodistas aborrecidos”, dicen. Y uno de los columnistas que recurrieron a tal bajeza insultó a los reporteros de medios con poco presupuesto —o que tienen una estrategia informativa diferente— simplemente porque acuden a las conferencias de prensa mañaneras y no a las giras. No todos los diarios cuentan con suficientes reporteros para recorran el país los fines de semana. O no todos lo hacen porque esa es una actividad que consideran poco útil. Ello no los convierte en periodistas menores. ¿Por qué ofenderlos así? ¿De qué se trata? ¿Quién gana con las campañas mediáticas contra la 4T, con las que inclusive se busca enfrentar al presidente de México con los reporteros de abajo, no solo los que más trabajan, sino los que mejor conocen —y por lo tanto aprecian y admiran— el esfuerzo de Andrés Manuel de tantos años —que no disminuyó cuando llegó al poder— por estar cerca de la gente de la que nadie se acuerda.

En fin, ojalá los columnistas dejen de prestarse a participar en lo que parece un preludio golpista que en México fracasará.