En columnas pasadas hemos hablado sobre el debate de filósofos griegos sobre lo bello. Conocimos el contexto de belleza de una imponente y cultivada reina como lo fue  Cleopatra Vll, quien se decía no fue tan bella y que aun así, hombres  como Julio César y Marco Antonio sucumbieron a sus encantos. Desarrollando el tema, ¿qué hace tan especiales a ciertas personas? ¿Quién determina que una persona es bella o agraciada? ¿Cómo nace el mito de la belleza y cómo podemos extender nuestra belleza más allá de nuestras características físicas?  

La búsqueda de la belleza es una necesidad del ser humano. Desde el principio de la historia, los hombres vieron el cambio de la naturaleza desplegándose de forma armónica:  un bello amanecer, un sol aparentemente ocultándose entre las nubes y filos dorados fungiendo como un armonioso margen a varias tonalidades de colores en ese hermoso ocaso, y posteriormente una eminente oscuridad atiborrada de luces resplandecientes se imponía ante su atónita presencia. Observaron esta metamorfosis cuidadosamente, y  supieron distinguir el día de la tarde y de la noche; decidieron que este amotinado y gratuito espectáculo era digno de admirarse y sobre todo de reproducirse. Así fue como nació la pintura, la danza, la música, y con el paso del tiempo surgieron reglas para perfeccionar dichas reproducciones. 

Hablar de la belleza ha sido en todos las épocas un tema controversial, debido a que los cánones de belleza han cambiado constantemente. En palabras de Aristóteles, "…el sujeto decide qué es bello según su cultura y sobre todo según el tiempo en que le toca vivir".

Como siempre el Filósofo dio en el clavo. Un claro ejemplo de ello es cuando, en el mundo de la cinematografía estadounidense, desde los años veinte y treinta, a los años cuarenta, se mostró la belleza de Peg Entwistle, Jean Harlow y Rodolfo Valentino como el prototipo universal. Posteriormente, vimos como el mismo Hollywood  fue encargándose de remplazar a estas bellezas, todas rubias, por otras  rubias como Marilyn Monroe, Jayne Mansfield, y James Dean entre otros.

A mediados de los años cincuenta, considerada un ícono de la cultura pop, una muy polémica Bettie Page acaparaba la atención en los medios publicitarios, siendo una de sus principales características su voluptuosidad, y también sus poses con alto contenido sexual, coronadas por su peinado con fleco a media frente en armonía con su  cabello largo y oscuro. Tan sólo una década después, una exagerada delgadez y cabello muy corto fue impuesta por la industria de la moda, acaparando todas las portadas de revistas de moda. Su nombre: Leslie Lawson, mejor conocida como Twiggy, dando así el comienzo de la era de las “top models”. Años más tarde, nombres como el de Christie Berkley, Jerry Hall, Iman, Elle Macpherson, Paulina Porizkova , Naomi Campbell, Helena Christensen, Claudia Schiffer, Karen Mulder, Carla Bruni, Christy Turlington, Kate Moss, Cindy Crawford, Linda Evangelista, y nombres  masculinos como el de   Ben Hill  y  Mark Vanderloo dejaron huella en el mundo de la moda.

A la par, en la llamada época de oro del cine mexicano nombres  de bellezas como Dolores del Río, María Félix, Ramón Gay, Joaquín Cordero, hasta nombres más recientes como el de Bibi Gaytán, en el mundo de la moda en México Irene Ponce Luisa Saénz, Adriana Abascal o Carmen Campuzano, y más recientemente, Mayra Rojas y Eugenia Cauduro, se imponían en la pantalla y en los medios publicitarios.

Si es que reconoces estos nombres y se tiene una referencia visual de su físico, verás que todos ellos nacieron con el de don de la belleza que aunque tengan diferentes características fisionómicas. Cumplen con ciertos requisitos y, sobre todo, con las reglas de la industria de la moda. La belleza no les fue suficiente, detrás de ellos hubo quienes los ayudaron, pulieron, les dieron clases de cómo perfeccionar su caminar, de cómo lucir y fotografiar mucho mejor en las imágenes impresas, y ellos acatando las reglas, si es que querían pertenecer, impulsarse y sobre todo trascender en el fascinante mundo de la moda.

¿Es bueno o malo que estos íconos contemporáneos surgieran? La respuesta no pretende ni exaltar ni descalificar. Finalmente, es conveniente tener en cuenta que son reglas impuestas sólo por una industria a la cual pertenezco como Diseñador. Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que tiene aspectos negativos; por ejemplo, cuando los demás, las personas comunes y corrientes, nos comparamos con estas personalidades y somos capaces de perder toda proporción y cordura tratando de cumplir con un parámetro de belleza heterónomo y arbitrario.

El otro lado de la moneda, tampoco es halagador. Vivimos en un mundo donde se gusta responsabilizar a los demás por lo que nos pasa; es fácil culpar a otros por la baja autoestima que se tiene, argumentando que son otros que imponen las reglas e influyen en la percepción que de uno mismo tienen los demás. Esto hay que matizarlo. Por supuesto que hay reglas, ¿en qué casa, en qué empresa, escuela o industria no las hay? Pero las reglas no son para todos, sino para quienes pertenecen o quieren pertenecer a  cierta industria. Los cuerpos de los modelos no deben ser aspiracionales sino para los modelos, de la misma manera que los de competidores de fitness deben ser metas sólo para ellos que viven de eso y para eso. En el mundo real, compuesto de personas normales, cada individuo debe tomar la responsabilidad de sus actos y de su autoestima, y parte de ese compromiso es el de redefinir cuál es su canon de belleza, uno que le provoque plenitud y satisfacción, en lugar de inseguridad y angustia.

La buena noticia es que sentirnos seguros y atractivos sí está bajo nuestro control. Siempre podemos mejorar nuestra  imagen  y apreciar lo que ya se tiene , cultivar más conocimiento acerca del tema, ropa limpia, aseo personal, en proporción a nuestra complexión , ,refinamiento ,lenguaje ,educación (las personas educadas siempre tienen cabida en muchas  áreas ) respeto hacia los demás,  hasta el aroma que decides portar ,podrán siempre ayudarnos a reinterpretar nuestro canon de belleza y nuestra relación con los demás ,responsabilizarnos por nuestra persona , claro ejemplo es las fotografías que reproducimos una y otra vez en redes sociales ,si es que quieres  salir mucho mejor entonces  cuidar el entorno te hace 

extender tu belleza ,cuidar las poses sin exagerarlas   los escenarios como lugares limpios  auténticos y sobre todo que verdaderamente te pertenezcan  hablara muy bien de ti , y te harán  sentir mucho mejor contigo mismo ,recordando que la aceptación no es permitir el descuido o el deterioro de nuestra imagen  mucho menos resignación ,si no el cómo se puede  introducir cambios para mejorar y  extender nuestra belleza más allá de los físico .

Los medios de comunicación, los diseñadores, las editoriales etc .pueden influir , pero quien determina bajo qué reglas quiere estar eres tú ,solo no señales a quien no quiera jugar las mismas reglas que tú .

Quienes me conocen en persona saben que soy regordete, soy bajo de estatura (no llego ni 1,70 m y no soy el más guapo, pero sí soy dueño absoluto de cada lugar donde piso, y tengo autoridad de hablar de un tema que conozco a la perfección ,ese es mi contexto particular  de belleza ¿cuál es el tuyo ?