El que calla otorga dice la conseja popular. Esta expresión viene a cuento porque de vez en vez se me menciona para ocupar un cargo público. Ahora, de nueva cuenta, en algunas columnas políticas y en redes sociales aparece mi nombre para ocupar tal o cual posición pública. Lo he dicho en otros foros, pero lo quiero reiterar y dejar muy claro: Nadie me ha invitado a ningún cargo, tampoco lo estoy buscando y me negaría a ocupar cualquier responsabilidad gubernamental. Más todavía: A mí que me dejen fuera de sus especulaciones y previsiones de todo tipo. Lo que fue no lo es ni lo será. Mis actividades profesionales, académicas y empresariales ocupan todo mi tiempo y estoy contento con que ello sea así. Ese es el proyecto de mi vida. Uno debe estar donde puede ser más útil y actúo en consecuencia. Siempre he pensado que la independencia económica es un ingrediente de la independencia política.

Mi circunstancia me permite ejercer mi libertad de expresión con la tranquilidad que me brinda mi independencia. Mis opiniones son reflejo de mis convicciones personales y no están sujetas a relación alguna con ningún gobierno, ni federal, estatal o municipal. Mis simpatías por la 4T en sus aspectos sustantivos residen en que considero que es la mejor opción para el país, no para mí en lo personal, sino para tantas personas que nadie ha visto por ellas durante años en donde se ha perdido el sentido de la pertenencia, de la identidad como país y que México no debe seguir siendo un país con oportunidades para muy pocos y con carencias para casi todos.

Por lo que a mi concierne no he recibido beneficio alguno de este nuevo régimen, el giro de mis actividades no pasa por tener una relación, buena o mala, con los gobiernos. Tampoco, por la razón anterior, soy contratista del gobierno o le vendo algo en forma directa o indirecta. Efectivamente, como es de conocimiento público, tengo buena relación con algunos miembros destacados de este gobierno y cercanos a la toma de decisiones en la 4T. Mi relación se basa en no pedirles absolutamente nada, acaso la de tener la oportunidad de intercambiar puntos de vista, lo que me enriquece y me permite tener una visión, con todo y sus limitaciones, lo más clara posible de la situación que vive la nación.

Tampoco he recomendado a nadie para puesto alguno, aunque me lo hayan pedido. Prefiero no tener ningún compromiso con nadie y decir mi propia verdad en los espacios donde participo, públicos y privados con toda libertad y sin conflicto de interés alguno.

He sido afortunado, la pandemia del Covid-19 no me ha afectado en mi vida productiva ni en mis negocios y a mis colaboradores les he pagado puntualmente y he observado la sana distancia establecida por las autoridades. En ningún momento he esperado o apostado a que el gobierno me rescate en forma directa o indirecta. Esa es mi responsabilidad y así he actuado y lo seguiré haciendo. Respeto, empero, a quienes ven al gobierno como una especie de salvavidas o salvador de una circunstancia que le es ajena. Eso es una decisión muy personal, que, reitero, no comparto, porque, para mí, debe existir siempre una cultura de la imprevisión ante imponderables como el que ahora sucede y estar preparado para ellos.

Creo que, alguien en mi condición, debe hacerse cargo de su autonomía económica, de su familia y de quienes dependen de uno. Es más, es un deber ético que predico y practico lo más posible. Parafraseando a Antonio Escohotado diría que detesto el victimismo y pago sin ninguna duda el peaje de mi independencia.

@evillanuevamx

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