La historia del saqueo de la Cooperativa La Cruz Azul continúa a partir del 2010, donde se hacen públicos los jaloneos de los hermanos Álvarez Cuevas (Guillermo y Alfredo) por el control total de la Cooperativa. Todo por una muy buena razón, los millones de ganancias obtenidas, nunca entregadas desde 1988.

La continuación comienza con Alfredo cuando denuncia a la administración de su hermano Guillermo por lavado de dinero a través de un esquema sustentando en una empresa aledaña a la cooperativa; tratando de sostenerse en la Dirección General de la Cooperativa (http://bit.ly/2IoM26R). Por otra parte, era evidente, que aquel conformaba un grupo que intentó tomar por asalto la dirección perpetua de la Cooperativa; que desde 1988 posee su familiar consanguíneo. Sólo un detalle, se denunciaron a sí mismos por realizar acciones muy similares. Veamos a detalle.

Guillermo Álvarez Cuevas fue acusado ante la Procuraduría General de la República por haber usado a la Empresa Impulso S.A de C.V. para desviar recursos de la cooperativa y así comprar taxis aéreos, escuelas, transacciones de compra-venta de inmuebles y lo más importante: las reaseguradoras (intermediarias) que le daban servicio de polizas a la Cooperativa La Cruz Azul. A través de ella se pagaban por las pólizas casi 10 veces más a la cantidad establecida por los miembros (y dueños) de la entidad, los socios en activo. (http://bit.ly/2NJt6We)

De esta manera, Alfredo Álvarez Cuevas conformó un grupo al interior de la empresa, mismo que se convirtió en “opositor” a la administración de su consanguíneo (al menos así lo dejaron ver en público). No solo ello, desde la Dirección Comercial apoyó a su cuñado (de ambos) Víctor Garcés Rojo (a su vez, Director Jurídico) para crear su propio negocio; muy similar al constituido por Guillermo (por lo que había sido denunciado previamente). La empresa de nombre Andrómeda Constructores Asociados fue constituida al margen de la Cooperativa para obtener ganancias particulares depositadas en cuentas bancarias de miembros de la dirección gerencial. (http://bit.ly/2NJt6We). 

La operación más visible fue la triangulación de recursos para comprar el edificio del corporativo junto al centro comercial Gran Sur en la Ciudad de México. Víctor Garcés Rojo y su esposa (hermana Álvarez Cuevas) eran los propietarios de dicha firma. Transacción hecha a espaldas de los trabajadores miembros de la Cooperativa La Cruz Azul (http://bit.ly/2NJt6We).

Esta tensión familiar ameritó que la cooperativa expulsará a Alfredo Álvarez Cuevas, a Víctor Garcés Rojo y al resto del llamado grupo de los 20 que tanto habían abusado de las arcas de la empresa. Todo quedó validado en una asamblea de socios y asentado en actas para validar la separación de los señalados como miembros de la institución. Sin embargo, muy pocos avizoraban que Guillermo, el líder vitalicio de la asociación laboral, también tenía su propio esquema de saqueo y abuso de poder económico, idéntico y muy similar al usado por su hermano y su cuñado. 

Todo terminó en demandas y amparos por la expulsión hasta que en 2012 aparecieron los juzgados Sexto y Séptimo de Distrito en materia civil adscritos al Poder Judicial de la Federación asentado en la Ciudad de México. (Expedientes Únicos Nacionales números 10260953 y 10626031). Hicieron hasta lo imposible, como violar la Ley General de Sociedades Cooperativas (http://bit.ly/2JWW57g), para instaurar de nuevo al grupo de los 20, regresando abusadores y saqueadores de la empresa a la que supuestamente representaban. (http://bit.ly/2IoM26R) Corrupción total por los intereses generados antes y después de la expulsión, con sospechas de compra de jueces.

Así lo ven los cooperativistas, quienes son los importantes aquí: “Existen diferentes criterios jurisdiccionales en los cuales se puede apreciar que los jueces basan sus determinaciones en el bien mayor y no otorgan un alto valor a las decisiones mayoritarias adoptadas vía asamblea legalmente constituida por los socios de la Cooperativa”. El hartazgo comienza a ser visible entre la comunidad Cruz Azul, 

Son los intereses creados (o sea corrupción) alrededor de la Cooperativa Cruz Azul lo que mantiene esta lucha intestina (y familiar) en su interior que hasta la fecha se mantiene para continuar el saqueo pero comienza a salir a la luz de la opinión pública. El 1 de abril una manifestación de socios arribó a las oficinas de la Fiscalía General de la República, ojala hayan presentado una denuncia por corrupción en contra de la familia Alvarez Cuevas.