Si quieren comprender que tan crítica es la situación de la oposición partidista en México, no hay más que leer el anuncio de esa nueva alianza política anunciada este fin de semana, un menjurje cocinado con los huesos resecos del PRD y varios personajes de derecha titulado “Futuro 21”.
Estas “ternuritas”, que irónicamente en los casos de tipos como Miguel Ángel Mancera, Fernando Belaunzarán y los “Chuchos”, Zambrano y Ortega, deben buena parte de sus ya largas carreras políticas al fenómeno López Obrador, pretenden, después de diluir su marca política de “izquierda” aliándose con el PAN, erigirse en un autoproclamado “contrapeso” contra el actual gobierno de la 4T.
Imaginen nada más cómo van a poner a temblar López Obrador y su gobierno los siguientes personajes:
Jesús Ortega: principal artífice de la destrucción del PRD.
Jesús Zambrano: especie de lacayo del “Chucho” Mayor y firmante del “Pacto por México”, responsable de la privatización de Pemex y del aumento a los precios de los combustibles.
Fernando Belaunzarán: político irrelevante que alcanzó una “pluri” de milagro y que ahora se dedica a trolear a AMLO en redes sociales.
Miguel Ángel Mancera: destructor de la seguridad que se vivía en la Ciudad de México, fallido aspirante a la presidencia, senador plurinominal.
Gabriel Quadri: reaccionario que afirma que Guerrero, Oaxaca y Chiapas son una “carga”, falso ecologista adicto a las sangrientas corridas de toros.
Purificación Carpinteyro: la peor candidata al gobierno de la capital con 0.66% de los votos (último lugar).
Silvano Aureoles: Desastroso gobernador de Michoacán, el peor evaluado en una reciente encuesta de México Elige con 11% de índice de aprobación.
En fin. Si estos son los “contrapesos”, la “oposición” a la que debe enfrentarse AMLO, su proyecto de gobierno tiene asegurado la continuidad en nuestro país al menos un par de décadas más.