El principio lopezobradorista del "punto final" en cuanto a llevar a los ex-presidentes y algunos otros altos funcionarios impresentables de pasados sexenios ante la justicia tiene no pocas razones de peso para hacerse sostener, es decir, su política de no comenzar indagatorias nuevas, pero sí dar seguimiento a procesos jurídicos que hayan dado inicio en pasadas administraciones; la decadencia en los últimos 18 años fue tal, que no habría tiempo de hacer otra cosa en el sexenio presente; se puede aplicar la pregunta de ¿"Quién cerraría las rejas de la cárcel?".

Pero hay un personaje que no puede ni debe permanecer libre, burlándose además de todos los mexicanos al empecinarse en seguir participando en política, rompiendo una de las reglas de oro del sistema político mexicano, y ésta es el silencio, casi llevado al ostracismo de los ex-presidentes, y este personaje no es más que Felipe Calderón Hinojosa, que le heredó a la administración lopezobradorista y a la Nación mexicana una auténtica y horrorosa e inútil guerra civil, que lo único que logró fue exhibir el sistema de administración y aplicación de justicia en México, lo que ha provocado que cualquier ciudadano, antes proclive a ser pacífico, al saberse impune, se anime con muchas menos dudas a delinquir. Podríamos estar seguros que la DEA posee valiosa y delicadísima información del citado ex-presidente y algunos de sus más oscuros colaboradores, como por ejemplo el siniestro Genaro García Luna; si se aprovecha la extraordinaria relación bilateral Mexico - USA se podría actuar coordinadamente en ese sentido. Ojalá algún día podamos ser testigos de eso, ya que el daño infringido a México desde enero del 2007 no se equipara a ningún otro a partir de los penosos años que siguieron a la decena trágica, y al espuriato del Siglo pasado, del chacal Victoriano Huerta.

El Benemérito de las Américas, el Presidente Benito Juárez, y uno de los símbolos más importantes de la Patria y del movimiento de la cuarta transformación, no se tentó el corazón con un personaje que vino del extranjero a multiplicar la discordia y lastimar nuestra soberania, como lo fue Maximiliano de Habsburgo, simplemente, cuando este fue sitiado y vencido en Querétaro, fue pasado por las armas, y de nada sirvieron las súplicas del Papa, la Reina Victoria de Inglaterra, y el escritor francés Víctor Hugo, entre otras muchas; el indispensable golpe de autoridad se dio, y punto. Siento este un parteaguas para Mexico como Nación soberana.

Víctor Hugo escribía a Juárez, en aquel 1867, líneas como las siguientes:

 

"Acabais de abatir las monarquías con la democracia. Les habéis demostrado su poder, ahora mostrad su belleza. Después del rayo mostrad la aurora. Al cesarismo que masacra, oponed la república que deja vivir. A las monarquías que usurpan y exterminan, oponed al pueblo que reina y se modera. A los bárbaros, mostrad la civilización. A los déspotas, mostrad los principios (...) Que el mundo vea esta cosa prodigiosa: la república tiene en su poder a su asesino..."

Después del ajusticiamiento, la decadente nobleza europea e incluso diarios conservadores como el New York Times, se cansaron de condenar el hecho, pero esa determinación era sencillamente, y por innumerabes razones, inevitable. Ahora bien, la misiva escrita por Víctor Hugo podría perfectamente cobrar vigencia si se le enviara hoy al Presidente López Obrador, con la diferencia es que este no fusilaría a Calderón, solo tendría la voluntad política para que la Justicia cayera sobre un hombre que usurpó la presidencia, abrió la llave al entreguismo sin límites de nuestros recursos al extranjero, siguió sus más infames dictados y acabó con décadas de preciosa paz social en México.

Para dar una dimensión al daño que dejan las guerras, máxime si éstas son absurdas e inútiles, las podemos encontrar en la literatura de todos los tiempos, basten a continuación las citas de un puñado de sentencias al respecto:

 

"Una guerra jamás deja a una nación en el mismo lugar que la encontró".

Edmundo Burke

  

"Cualquier género de paz entre los ciudadanos me parecería preferible a una guerra civil"

Cicerón

 

"Jamás hubo una guerra buena o una paz mala"

Benjamin Franklin

Sin duda, este gobierno lopezobradorista le esta devolviendo la mística al servicio público, pero no puede ni debe dejar en la total y completa impunidad a una persona que pisoteó un sistema electoral construido a base de muchos años de luchas y con pequeños y grandes avances, ni tampoco soslayar el daño con el que se quiso remediar la total falta de legitimidad de un presidente mediocre, que no se sabe bien a bien, además, cuáles fueron las motivaciones paralelas en su irresponsable y bestial incursión al fenómeno del tráfico de drogas, que nos tiene aún sumidos en un infierno estéril.