"Todos nos convertiremos en la fortaleza de Brest, no entregaremos nuestro país". Las palabras del presidente Lukashenko alistan la Resistencia antifascista en Minsk.

En Bielorrusia, los partidarios del presidente Lukashenko hicieron oír su voz, saliendo a las calles de la capital Minsk para expresar su apoyo al gobierno y su oposición a las operaciones de desestabilización lanzadas en Bielorrusia inmediatamente después de las elecciones presidenciales que confirmaron al presidente Lukashenko al frente del país con más de el 80% de votos.

En declaraciones a sus seguidores reunidos frente a la sede del gobierno en Minsk, Lukashenko instó a sus seguidores a "defender su país, su independencia y sus familias".

El presidente Alexander Lukashenko dijo que Bielorrusia dejará de existir como país si las autoridades acceden a convocar nuevas elecciones.

"El liderazgo de la OTAN nos está pidiendo que celebremos nuevas elecciones", dijo Lukashenko. "Si cedemos a sus deseos, moriremos como Estado", subrayó el máximo ejecutivo bielorruso. 

El presidente declaró también que su intención era de no permitir que el país fuera "entregado" a nadie, de lo contrario Bielorrusia se transformaría en una nueva Ucrania. Clara es la referencia a los operativos realizados para provocar la caída del gobierno que presidía.

"Junto a ti, trabajadora y trabajador, a pesar de todas las dificultades y horrores cometidos, hemos construido un hermoso país. ¿A quien tengo que entregarlo? Si alguien quiere entregar al país a fuerzas extranjeras, no lo voy a permitir, incluso cuando esté muerto", aseguró Alexander Lukashenko. 

Pero lo más importante fue cuando habló de la época neoliberal de la década de los años 90 del siglo pasado en su revancha anticomunista y fascista contra el pueblo trabajador bielorruso: “recuerdo los años 90: aquí había gente, trabajadores con ollas y hervidores pidiendo comida para alimentar a los niños. Lo vi todo. Y me comprometo a ayudarlos y prevenir situaciones en las que el destino de los bielorrusos sería de volver en la indigencia. No soy partidario de la acción callejera, de las manifestaciones, pero no es culpa mía que haya tenido que llamarlos para pedir ayuda”, exclamó el presidente recordando los tiempos difíciles que siguieron a la caída de la Unión Sovietica. 

Según Lukashenko, los titiriteros extranjeros están orquestando levantamientos en el país y quieren que las fronteras bielorrusas se trasladen de Brest a Minsk como antes de la Segunda Guerra Mundial.

"No nos dejarán vivir tranquilos. Aunque se calmen ahora, algún tiempo después saldrán de sus madrigueras como ratas", dijo el presidente de Bielorrusia, refiriéndose a los partidarios de la oposición.

"La oposición está controlada por gente del extranjero, titiriteros. Ven las fronteras occidentales de nuestra Bielorrusia aquí, cerca de Minsk como en 1939, y no cerca de Brest", dijo Lukashenko en la manifestación en su apoyo. en la Plaza de la Independencia en Minsk. "Esto no va a pasar", recalcó.

"Todos nos convertiremos en la fortaleza de Brest, no entregaremos nuestro país".