El gobierno de Donald Trump está cumpliendo con su amenaza de incrementar las detenciones de inmigrantes indocumentados con o sin antecedentes criminales, nutriendo el clima de terror entre comunidades inmigrantes e ignorando que la opinión pública mayoritaria rechaza las deportaciones y favorece la legalización de inmigrantes indocumentados.

Las detenciones de inmigrantes indocumentados tanto con antecedentes criminales y no se incrementó en 32.6 por ciento en las primeras semanas del gobierno de Trump comparado con el mismo periodo el año pasado bajo el gobierno de Barack Obama, pero se duplicó el total de los que no tienen una ficha criminal, reportó el Washington Post.

Pero la situación se agudiza, este martes Trump estará en  Kenosha, Wisconsin, donde tiene la intención de firmar una orden ejecutiva denominada "Compra productos estadounidenses y contrata estadounidenses”.

El decreto ordenaría a los departamentos de Seguridad Nacional, Justicia, Trabajo y de Estado que propongan nuevas regulaciones para evitar fraude y abuso en inmigración. Se ordenaría además a esas dependencias que propongan cambios para que las visas H-1B sean otorgadas a los solicitantes más capacitados o con mayor salario".

La Casa Blanca dijo que el programa está actualmente menoscabando a los trabajadores estadounidenses al traer mano de obra más barata, y que algunas compañías de tecnología lo están utilizando para contratar cifras grandes de trabajadores y empujar a la baja los salarios.

Es importante destacar que los inmigrantes no autorizados constituyen el 5.1 por ciento de la fuerza laboral de dicho país, asimismo que cada vez están más preparados los inmigrantes de procedencia latina. Una población joven y preparada siempre es un buen aliciente para la productividad de un país.

Desde hace décadas uno de los puntos cardinales en la agenda bilateral de EUA y México, ha sido la inmigración no autorizada de personas por la frontera de poco más de 3 mil kilómetros que compartimos. Mientras que los demócratas han apoyado en gran medida una vía hacia la ciudadanía para el inmigrante no autorizada y respaldado los programas impulsados por Obama, los republicanos se han opuesto a estas medidas.

De acuerdo con estadísticas de la Oficina del Censo estadunidense, el número de personas de origen mexicano en dicho país asciende a 33.6 millones de personas, incluidos 11.6 millones que nacieron en México, no obstante en la actualidad la caída en la llegada de migrantes mexicanos es una realidad.

De acuerdo con las nuevas estimaciones del Centro de Investigación Pew, había 5.9 millones de inmigrantes no autorizados de México en 2012, en comparación con los 6.4 millones en 2009. La disminución probablemente se debió a dos factores: el aumento de las deportaciones que alcanzó un récord de 315 mil mexicanos en 2013; y la disminución de la llegada de nuevos inmigrantes. 

La caída en la inmigración ilegal de mexicanos podría deberse a muchos factores, entre los cuales destacan los pocos puestos de trabajo, el débil mercado de la construcción de viviendas estadounidenses, una elevada vigilancia fronteriza, el aumento en las deportaciones y, sobre todo los crecientes peligros asociados con los cruces ilegales en la frontera.