La pobreza y la violencia afectan activamente la salud mental de los niños que viven cerca de la frontera entre Texas y México, concluyó un estudio presentado hoy en la Conferencia Nacional de la Academia Estadunidense de Pediatría.

En el análisis "Salud mental de los niños y violencia colectiva: estudio binacional sobre la frontera Estados Unidos-México", se compararon características psicosociales y de comportamiento entre niños y adolescentes que viven en El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, en 2007 y de nuevo en 2010.

Todos los participantes eran de origen hispano, vivían por debajo del nivel de pobreza y fueron a una clínica por una visita que no era de emergencia. Ninguno de los menores tenía un historial de enfermedad mental diagnosticada, un mal neurológico que amenazara su vida, o una discapacidad.

Los resultados psicosociales y de comportamiento entre los que vivían en la pobreza en El Paso no cambiaron en forma significativa entre ambos periodos, a pesar de que esos menores tuvieron considerables problemas psicosociales y de conducta, dijo Marie Leiner, de la Universidad de Texas y autora de la investigación.

"En el sitio mexicano, sin embargo, los niños mostraron un aumento significativo en los problemas sociales, el infringir las reglas y el comportamiento agresivo, con las puntuaciones más altas reportadas en 2010", explicó Leiner al presentar los resultados de su análisis en la conferencia que se desarrolla en la ciudad de Nueva Orleans.

"Hay daño acumulado a la salud mental de los niños de la combinación de la violencia colectiva atribuida al crimen organizado y la pobreza. No tratar los problemas de salud mental predice la violencia, comportamientos antisociales y la delincuencia, y esto afecta a las familias, las comunidades y los individuos", agregó.

Consideró crucial abordar la salud mental de los niños que viven en la frontera con el fin de contrarrestar los efectos devastadores que esta situación tendrá en el futuro en esa región compartida entre Estados Unidos y México.

Durante el encuentro anual de pedíatras se abordó también el tema de las disparidades en la calidad de atención de salud dirigida a los niños, donde se destacó la posibilidad de reducirlas mediante el uso de estrategias para mejorar la práctica médica y su asociación con los recursos comunitarios.

Los oradores ofrecieron consejos prácticos a los proveedores de salud asistentes para brindar una atención centrada en el paciente, de alta calidad y equitativa con una cada vez más amplia población infantil diversa en Estados Unidos, incluyendo programas específicos dirigidos a los niños de origen inmigrante.