Investigadores del Instituto Polar de Corea encontraron al menos 10 fósiles de arañas en la Formación Jinju, cuyos ojos aún reflejaban luz 110 millones de años después de su muerte. 

El increíble descubrimiento puede ser explicado por el geólogo Paul Selden de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, quien cree que la responsable es la  tapeta lúcida; una capa de tejido situada en la parte posterior del ojo de algunos animales.

Esta, según el especialista, actúa como un espejo que refleja los rayos luminosos, incrementando la luz para los fotoreceptores y mejorando la visión en escasa luminosidad. Es lo mismo que pasa con los gatos, según informa  Science Alert.

Se trata entonces de la primera preservación de la estructura en un ojo de araña de la historia y su preservación pudo haberse generado porque las 'koreamegops samsiki' flotaron y se mantuvieron alejadas de las bacterias que normalmente habrían descompuesto sus restos con rapidez.