Nuevamente, la oposición con su brazo mediático emprende una campaña contra el presidente Andrés Manuel López Obrador a través de su familia.

Latinus y el membrete de Claudio X., Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), fueron responsables de exhibir cómo vive en Houston el hijo mayor de AMLO junto con su actual esposa.

A estos sujetos les escandaliza que un hombre adulto, que se casó con una persona con alto poder adquisitivo, viva en una residencia con un costo de 1 millón de dólares, cuando esto es apenas el costo de una residencia de clase media alta en un mercado inflado como lo son los bienes raíces en los Estados Unidos.

A diferencia de las “Casa Blanca” de Peña Nieto, la cual tuvo un costo de 7 millones de dólares, o la casa en Malinalco de Luis Videgaray, con un valor actual de 20 millones de dólares, la esposa del hijo de AMLO sí puede comprobar ingresos congruentes con una casa de este costo.

Los ex políticos, con una vida de “trabajo” en el servicio público, difícilmente podrían hacerlo.

Alguien me comentó alguna vez que no se podía acusar a alguien del “delito de portación de pariente prohibido”. En este caso, ni se puede acusar al presidente de “incongruencia”, ni es un crimen casarse con una persona con recursos para comprar una casa en los Estados Unidos. Difícilmente, además pueden hablar de valores y congruencia personajes tan choteados como el fundador de “Mexicanos contra la corrupción” y Loret, portavoz de los intereses de la más rancia derecha.

Este nuevo ataque contra el presidente nació muerto.