Les había escrito apenas en mi columna pasada, la sorpresa que me llevé al leer el hilo en Twitter, pero también la columna en el Reforma de la periodista Peniley Ramírez acerca de lo que realmente pasó aquel 26 de septiembre de hace 8 años en Ayotzinapa con 43 estudiantes normalistas.
Ya todos supimos de la cruenta narración, nos enteramos de los mensajes de whatsapp, donde se daba cuenta la manera en que los militares y miembros del crimen organizado de la forma habían desmembrado los 43 cuerpos de los normalistas.
Sabemos que hasta el propio subsecretario de Derechos Humanos se indignó, y ni hablar de la ausencia de la dirigente de esta misma dependienta, Rosario Piedra, quien prácticamente y como coloquialmente se dice: “ni sus luces”. Nadie sabe dónde está.
Y bueno, después de lo que narró la periodista Peniley, después del asombro y enojo de Alejandro Encinas por exponer y ventilar esa masacre en una red social, así como todos nos sentimos lastimados, lacerados, ofendidos por el mismo tema, hoy sale el presidente de México totalmente indiferente ante la convulsión que vivimos el fin de semana por la filtración de el horror.
Pareciera que nadie se hubiera enterado de la masacre que elementos del Ejército infringieron contra jóvenes estudiantes y probablemente es que el presidente sabe que los millones que han votado por él y lo mantienen encumbrado en el poder, no leen, ni se informan.
Él mismo lo ha dicho y lo ha aceptado; ha mencionado que la gente que vota por Morena es ignorante (no lo digo yo, lo dijo él) por eso es que quizá no le dio el día de hoy en su mañanera amada, ningún peso ni valor a lo expuesto por la periodista. Absolutamente actuó como si nada hubiera sido expuesto ni filtrado. Nada.
Al contrario, estaba muerto de la risa y de la emoción platicando que el Grupo Firme había llenado la plancha del Zócalo con 260 mil almas lo cual parece mentira pero fue una realidad pues la gente se apostó también en las calles aledañas.
Platicó muy contento que “su amigo” así le dijo a Joaquín López-Dóriga le había dicho al grupo “Afirme” en lugar de “Firme” he incluso le pidió a su siempre fiel escudero Jesús Cuevas que le pusieran el éxito del momento del grupo intitulado “Ya supérame”. Sí, estaba contento y carcajeándose. Sí… hubo música en la mañanera.
Propuso un nuevo concierto con Nodal e invitar al mismo tiempo a Belinda. Aunque dijo después que “Ay no, porque Belinda se ha portado muy bien con nosotros”.
Ahí estaba el presidente haciéndola de Pedrito Solá dando chismes del mundo de la farándula; poniendo música, cantando, aplaudiendo, sonriendo.
Todo para no hablar de el horror, de la sangre, de la pena de unos padres de haberse enterado de qué manera murieron sus hijos….
Todo para no tener que profundizar en el tema.
Y así cientos y cientos que lo escuchan y ven en la mañanera se quedaron con la canción del Grupo Firme pegada en sus mentes, sonando una y otra vez la melodía en sus cabezas y nada más.
Aquí no pasa ni pasó nada, imagino pensando el presidente…
“Ya Encinas dijo lo que se tenía que decir” expresó.
Que siga la fiesta y que sigan los preparativos para el siguiente grupo musical que cantará en el Zócalo. Creo yo encontraron la fórmula perfecta para desviar enfrentar y hablar temas graves y complejos del país: Los grupos musicales en el Zócalo.
Que si bien en realidad las imágenes daban cuenta de cómo llegaba la gente por borbotones al Zócalo, también es cierto que fue un milagro que aquello no terminara en tragedia pues era un sobrecupo infrahumano.
Aquí no pasa nada. Que siga la fiesta… para él y para los que no saben nada.
Para otros tantos sigue el dolor, la tristeza, la desconfianza y la duda…
Cada quien su fiesta … cada cual su dolor.
Cada quien sabe de qué lado está.
Ante las carcajadas del presidente en esta mañana no quiero imaginar qué sintieron los padres de los jóvenes masacrados en Ayotzinapa. No creo descansen en Paz.
Nunca dejarán de doler.
Es cuanto.