Me impresionó muchísmo leer el hilo que publicó el día de ayer, en Twitter, pero también en su columna dentro del periódico Reforma llamada “Ayotzinapa el encubrimiento” la periodista Peniley Ramírez, acerca de la filtración de información que a sus manos llegó acerca de aquel fatídico 26 de septiembre del 2014 cuando 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados.

Les compartiré la cantidad de emociones que sentí y las cosas que pasaron por mi mente al leer esto. Literalmente me explotó la cabeza.

En una primera instancia al leer todo esto sentí cierta incredulidad: Los mensajes de whatsapp que compartió Peniley de los asesinos de los estudiantes de Ayotzinapa eran inauditos.

Inauditos por la crueldad con que escribían, inauditos porque estaban mezclados mensajes entre militares y altos mandos con gente del crimen organizado.

Inauditos por la insensibilidad con que actuaron los asesinos.

En una parte del hilo de Peniley se menciona un posible mensaje de whatsapp de la hija de José Luis  Abarca, escribiendo que su papá “estaba muy enojado” pero realmente la redacción pésima con gran cantidad de faltas de ortografía. Se podía notar en el escrito la falta de estudios y de preparación del que ahí escribía. Hoy la hija de Abarca salió a decir que ella no escribe de ese modo. Y puedo creerle. Digo, mínimo tendría la preparatoria terminada como para escribir con esas graves faltas de ortografía

Entonces, sinceramente no creí en aquel hijo. Pensé, sinceramente, que era alguna argucia para atacar al presidente Obrador, porque en todos esos mensajes y en el hilo de la periodista se deja claro que José Luis Abarca estaba absolutamente coludido en todo este tema y que incluso habría girado órdenes para asesinar a los estudiantes.

Es muy difícil no pensar que Obrador no supiera de este horror. Pero quizá sea posible que no supiera….

Hasta ahí yo seguía creyendo que todo  esto era un mero golpeteo político, hasta que salió Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación ( es que quién sabe dónde ande Rosario Piedra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos) a decir que pues, literalmente lo que decía Peniley Ramírez, era verdad al comentar que “este tipo de FILTRACIONES, lejos de ayudar a la investigación, la perjudican y abren paso a la impunidad”.

Con esta declaración de Encinas para mí  entonces me deja claro que fue real lo que publicó Peniley.

La declaración de Encinas como sea deja del todo desprotegido al presidente por donde se le vea, pues no deja duda de que lo que se filtró es verdad. Entonces da a entender que Encinas lo sabía y que por ende el resto de los que le rodean también.

Ahora bien, ¿era necesario conocer así la verdad, por medio de tuits de una periodista que no todo mundo conoce? Es decir, ¿era necesario publicar con detalles como si fuera una columna del periódico de noticia roja Alarma, la manera en que los jóvenes fueron destazados y sus restos esparcidos por doquier?

¿Donde queda la humanidad y el respeto al dolor de los padres de estos jóvenes al publicar esto sin ningún tiento y así sin filtro, totalmente deshumanizado con los seres queridos de los jóvenes ?

Todos buscábamos saber la verdad, aunque ya se había dicho cuál era: Los militares estuvieron coludidos en el asesinato de tantos jóvenes, pero ¿era necesario darlo a conocer así ?

Me parece que sin lugar a dudas aquí salen varias personas dañadas con la publicación de Peniley:

Primero: Los padres de estos jóvenes . No puedo imaginar el dolor de los papás al leer y enterarse así, por un tuit que parecía más un chisme de la farándula  que información seria, que sus hijos fueron desmembrados.

Segundo: El papel de Alejandro Encinas queda frágil y desequilibrado. Por un lado se ve una parte de Encinas teniendo un poco de humanidad para los padres al reclamar que esa información no protegía ni respetaba la memoria de los jóvenes ni el dolor de los padres, pero por otro lado se le nota enojado al reclamar que esa “filtración” haya quedado expuesta. ¿Por qué se enoja?

En tercer lugar: Mucho odio y ataques desmedidos está viviendo en redes sociales la periodista Peniley. Los ya defensores de siempre de Obrador como Abraham Mendieta la han empezado a atacar y a cuestionar, así como Olga Wornat, periodista y escritora quien también cuestiona a Peniley al escribir en su cuenta de Twitter si era necesario detallar de esa manera la horrible forma en que fueron descuartizados los jóvenes y se pregunta qué en dónde quedó el respeto por los familiares al publicar de esta manera tan detallada todo esto.

En fin, que aquí todo está muy raro.

Estoy casi segura que la publicación de Peniley Ramírez tenía una doble intención: No nada más informar, sino golpear a Obrador.

Me parece que haber aceptado publicar esto la pone en una situación muy compleja, porque está su seguridad de por medio pero también su credibilidad.

Es decir, yo la sigo desde hace tiempo, ha hecho investigaciones y publicaciones complejas y graves, es una mujer valiente sin duda, pero esta publicación en particular me parece que fue controlada por alguien más . No me da la impresión de que por ella misma ,sin instrucciones de nadie, la haya  “subido” a redes. Pero todo esto es mera especulación mía .

Acá en el país tristemente nada cambia con esa nota periodística .

La realidad es que fueron asesinados muchos jóvenes en manos de los que nos deberían de cuidar y eso es lo más grave de todo.

Ningún consuelo encontrarán nunca los padres de estos jóvenes y menos al hoy saber que sus hijos fueron masacrados y desmembrados.

A todos nos rompe mucho saber esto… No nada más golpea a este gobierno. Nos golpea a todos. ¿Era necesario en verdad? Lo dejo para el análisis.

Es cuánto .