A días de la jornada electoral, Xóchitl Gálvez, candidata del PRI, PAN, PRD, a la presidencia de la República, se abraza a la encuesta de Massive Caller, la única empresa en la pradera que le da empate con Claudia Sheinbaum, como un pecador se aferra a un clavo ardiente.

Chicle y pega. A Xóchitl Gálvez el clavo le quema la mano, pero no lo suelta; por aquello de que una mentira dicha mil veces se convierte en verdad, ella repite una y otra vez, como un mantra, que empató a su detestada adversaria; es más, que ya tiene una ligera ventaja, que se ampliará en las últimas semanas. Una política profesional, de izquierda o de derecha, es quien puede mentir con total tranquilidad, sin ningún rubor, sin ninguna mueca en la cara, sin ninguna mirada traicionera que la delate.

Sólo ella acepta que esta encuesta telefónica, hecha por robots, como palabra divina y la defienden como una verdad absoluta. Sólo sus más devotos la difunden. Sólo ellos vieron que Xóchitl ganó el debate, que supuestamente hizo trastabillar y dudar a Claudia Sheinbaum. ¿Dónde están los hombres y mujeres, los estrategas y analistas que la encandilaron, que insistieron e insistieron para que compitiera  por la presidencia de la República? Pues apoyando a Santiago Taboada y a sus aspiraciones en ganar la CDMX.

Me dirán a coro: ¿Y qué esperabas, que aceptara desde ahora su derrota, eso no es de machos, sean hombres o mujeres los candidatos? No tiene porque darse por derrotada antes de la jornada electoral, pero podría tener elementos en su discurso que le dieran la seriedad de una candidata a la Presidencia de la República; por ejemplo, hacer referencia a los resultados electorales del 2021.

Si se confirman las tendencias electorales  y Claudia Sheinbaum gana la elección por más de 15 puntos porcentuales, Xóchitl Gálvez dirá que no se arrepiente de nada, que lo haría otra vez, pero no es verdad.

Si Claudia Sheinbaum gana por 10 o menos puntos porcentuales, un número considerable de casas encuestadoras tendrían que cerrar y pedir disculpas, porque habrían  fallado estrepitosamente.

En el PAN hay dos posturas de cara a los resultados electorales que dicen las encuestas. Los ultraderechistas, entre los cuales se encuentra Lilly Téllez, Germán Martínez, Roberto Gil, que trae pleito con Santiago Nieto y Arturo Zaldívar, Claudio X González, que mantiene la línea de descalificar el proceso y judicializar los resultados.

Ellos son los que hacen eco y volumen a las campañas de odio, de difamación y de polarización en medios de comunicación y redes sociales.

Los otros panistas son los pragmáticos, que parece que aceptaron la realidad de sus derrota en la elección presidencial y concentran su fuerza en ganar los estados que gobiernan y en disputar la CDMX. Establecieron puentes con sectores importantes de Morena y del equipo de Claudia Sheinbaum, entre los cuales se encuentra Santiago Creel, Jorge Romero, los gobernadores de Yucatán, Querétaro, Aguascalientes, Chihuahua y Guanajuato; es más en este grupo están el propio, Santiago Taboada y Marko Cortés.

Felipe Calderón y Margarita Zavala; así como, los fieles a Xóchitl Gálvez, que caben en un puño, como el chinito se quedarán mirando. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.