Estudiantes de 93 instituciones de educación superior de todo México organizaron un “Simulacro Universitario”. Simulacro, que conste, no encuesta.

Es decir, se trató de una votación —desde luego informal— para saber a quién prefieren los y las jóvenes para la candidatura presidencial de Morena en 2024.

En una boleta se imprimieron los nombres de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo; del titular de la SRE, Marcelo Ebrard Casaubón; del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y del senador Ricardo Monreal Ávila.

Por algún motivo que desconozco no se incluyó al diputado federal Gerardo Fernández Noroña. Ojalá en un próximo ejercicio se le permita participar.

¿Quién ganó? Claudia por goliza… o goleada. Quién sabe cuál sea la palabra correcta a usar cuando alguien le pone una paliza a sus rivales.

De 51 mil 596 participantes, el 54.23% —27 mil 980 jóvenes— votaron por la jefa de gobierno. Ebrard se quedó muy lejos en segundo lugar con 12 mil 638 votos.

¿Monreal y Adán? De plano nada representan. Con realismo y madurez ya deberían renunciar a sus aspiraciones presidenciales: los números de plano no les favorecen.

El Simulacro Universitario coincide con todas las encuestas serias: la ventaja de Sheinbaum es enorme.

Estadística del Simulacro Universitario

Quizá por esa razón Ebrard está apretando el paso, pero en su desesperación está recurriendo a propaganda ilegal. Cómo esta ubicada a lo largo de la calle Masaryk en la Ciudad de México.

Propaganda de Marcelo Ebrard

Y no me refiero a la ilegalidad de los famosos actos anticipados de campaña, que me parece una prohibición soviética indigna de una democracia.

Tampoco cuestiono el exceso de dinero para la campaña de Marcelo: si él es rico o tiene amigos ricos, me da igual en qué utilicen sus recursos siempre y cuando sean lícitos.

Lo ilegal, inmoral y ofensivo para la sociedad es recurrir a publicidad exterior prohibida en una ciudad como la capital mexicana que tanto ha luchado contra la contaminación visual.

Me pregunto por qué tal publicidad ilegal la permite el alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe.

Si el señor Tabe aspira a un futuro político deberá ser más serio y rechazar algo que definidamente afea a una de las avenidas emblemáticas de la CDMX.

Y por cierto, está por verse si los anuncios luminosos contratados por Ebrard pagan la luz, probablemente no.