“La vida será tuya si sabes que es ajena, que es igual ser montaña que ser grano de arena, pues la calma del justo vence el furor del bravo”.

José Angel Buesa.

Da rabia. Candidatos aguerridos, belicosos y de cierta manera llenos de propuestas y de ideas. Personajes cuyo carisma y oratoria conmueve y convence a las masas para que les den su confianza a través del voto. Opositores que le hacen la vida insufrible a gobernantes de todos los órdenes, colores y lugares.

Sin embargo, si algo nos ha probado la historia nacional, es que algunos de ellos nunca debieron haber llegado a detentar el poder. Se puede hablar más notoriamente de los que han ocupado la Silla del Aguila a partir de que hay democracia en México —y por lo mismo oposición. ¿Y si se hubieran quedado de forma sempiterna de candidatos, de vociferantes opositores?

Al igual que el PRI no sabe ser partido en la oposición, pareciera que estamos predestinados a tener presidentes que solo saben ser candidatos fustigantes del gobierno en turno, pero no autoridad electa. Y no hablo exclusivamente de Andrés Manuel, aunque evidentemente pienso en él cuando esto escribo.

Obedece más bien a que Vicente, el de ‘la lengua afilada’, ha vuelto con ahínco recientemente a las redes. Para muestra un botón: “Todos aprobamos que López sea juzgado por esos crímenes. O todos coludos o todos rabones”, dijo apenas ayer.

Pero hagamos un breve recuento de los presidentes que aparecerán en la broma de consulta a la que Fox se refiere, e incluyamos al autor de la misma. Algunos son el perfecto ejemplo de lo dicho.

Peña Nieto fue oposición y su discurso utilizado para ganar no se basó en sus propuestas o en su sapiencia, sino más en su sonrisa, su chacota, su libertinaje y en ser el candidato “menos peor”. ¡Si tan solo así hubiera gobernado! Mientras que Calderón Hinojosa fue el candidato del mismo partido al entonces gobernante, lo cual le evitó tener que ser oposición. Él lo entendió como que tampoco debía ser buen candidato y por lo mismo su campaña careció de ideas. Unos dicen que también de votos…

Siempre hay una excepción que confirma la regla: Zedillo Ponce de León queda fuera pues no fue candidato ni opositor (quizá porque no le dio tiempo ni ganas); se destaca, eso sí, como el gobernante ‘más mejorcito’ que hemos tenido.

Pero los dos principales sujetos que demuestran que fueron magníficos candidatos en la oposición y pésimos gobernantes son Fox Quesada y López Obrador. Tan es así que a Vicente le gustó aquello de los megáfonos y ya volvió a las andadas. Y el otro, AMLO, nunca las ha dejado.

Cómo olvidar al ranchero que resolvería en 15 minutos el problema de Chiapas y hablaba de sacar del gobierno a las ratas, a las tepocatas, a las víboras prietas; más bien las invitó a departir de la administración federal. Pero además, el problema es que cuando se le votó como presidente, perdió la bravura y se convirtió en un bigotón enamorado, que tiró por la borda la esperanza de todos los mexicanos al probar que su única diferencia con el PRI era que usaba las siglas del PAN.

Una vez que los años han pasado y se ha convertido otra vez en oposición, sus comentarios en redes sociales (además de fumados y viajados) evocan al mal hablado político que decía las cosas como eran —o como son—: “AMLO tiene el país hecho un desmadre”, “ya aburres con tu cantaleta López”, “la consulta es una verdadera jalada”. Fox, como oposición, es fenomenal y ahí se debió haber quedado.

Lo mismo se puede decir de López Obrador. Exigía, por ejemplo, que el presidente (en ese momento Peña Nieto) renunciara ante las matanzas y el raquítico crecimiento económico que hubo en su sexenio. El opositor que juraba que el presidente estaba enterado de absolutamente todo lo que pasaba en su gobierno y al que exigía parara la militarización del país. Aquel candidato que azuzaba a la población a no permitir más corrupción, compadrazgos, compras directas y que en un santiamén lograría establecer un sistema de salud como el de Dinamarca… Pues ese genial candidato de oposición, al igual que Fox, simplemente de presidente no la hace.

Triste realidad de la política de nuestro país. Tenemos oposición para dar y repartir, pero contados gobernantes de merezcan ser llamados como tales.

¿Habrá en el futuro próximo una consulta para que siempre sean buena oposición y ya en el poder no se conviertan en copia de lo que criticaban? No… desgraciadamente todo lo contrario: se llama consulta de ratificación o revocación de mandato y está prevista para el 2022.