IRREVERENTE

Les platico: Las mejores lecturas lo son más conforme pasa el tiempo. Y las malas se deterioran gradualmente a medida que hojeas las páginas… o lees los párrafos de las columnas o avanzas en los mensajes que emite tu interlocutor.

Víctor Hugo escribió que no hay nada más estúpido que vencer, porque la verdadera gloria está en convencer.

Similitudes, a siglo y medio de distancia

Esta frase -que tiene más de un siglo de haber sido escrita- cobra fuerza al paso del tiempo.

Se le conoce por “Los Miserables”, pero Víctor Hugo tenía una faceta poco difundida: escribía discursos políticos en la parisina Cámara de los Pares.

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De hecho, antes de su triunfo como novelista, se ganaba la vida en las asambleas constituyente y legislativa de París, donde era frecuentemente requerido para escribir textos sobre la pena de muerte, educación, derechos de las mujeres.

Algunos autores modernos consideran que Víctor Hugo fue un escritor controvertido.

Nunca rehuyó la implicación política de su trabajo. Esto le valió una condena al exilio durante los 18 años del Segundo Imperio francés, de 1852 a 1870.

Sufrió el asedio de los gobernantes de su época y haberlo resistido permitió a las posteriores generaciones de escritores y periodistas, valorar la importancia de implicarse y comprometerse en temas de la vida política y social.

Sus opiniones -al mismo tiempo morales y políticas- lo convirtieron en un personaje emblemático y la Tercera República lo honró a su muerte con un funeral de Estado, al que asistieron más de dos millones de personas y con la inhumación de sus restos en el célebre Panteón de París.

Hasta aquí mi reflexión sobre Víctor Hugo, ahora...

… Vivimos en México la época donde el instinto gobierna por encima del pensamiento, y la ocurrencia cuenta más como acción de gobierno que la sapiencia y la ciencia.

Hoy, ganar es importante, no importa la forma con que se logre.

Nuevo León

Hace unos días asistí por accidente -porque no acostumbro hacerlo- y de incógnito a la rueda de prensa convocada por funcionarios del gobierno de NL para “informar” sobre los avances en las investigaciones de la muerte de Debanhi Escobar.

Después de haber escuchado la patética, verborréica, rollera e insustancial diarrea “informativa” de una fiscal especializada en feminicidios, de nombre Griselda Núñez Espinoza, me costó trabajo resistir la tentación de preguntarle si a esas horas del día había bebido.

No lo hice porque adiviné cuál hubiera sido su respuesta: “No”.

A lo cual hilé una imaginaria contra respuesta: “a juzgar por lo que le he escuchado -licenciada- claro que ha bebido”.

Esa rueda de prensa comenzó como una gesta de boxeo olímpico, se volvió pelea profesional a la media hora y terminó como una riña callejera sin guantes de por medio, que pasó antes por un episodio de artes marciales, entre funcionarios, reporteros y colados.

Luego, al repasar el video de esa rueda de prensa, fue brutal, oxidada y cruel la forma en que debió de sentirse el padre de Debanhi, al presenciar semejante confrontación, que evidenció la falta de habilidades de comunicación de los funcionarios del gobierno de NL.

Sobre este caso, veo a fiscales y gente del área de seguridad estatal, tratando de imponerse al escarnio público y a las protestas, haciendo rounds de sombra y en las sombras.

Igual debió de haberse sentido don Mario Escobar cuando accedió a la brutal, oxidada y cruel entrevista televisiva que le hizo María Julia Lafuente.

México

Imaginemos ahora que haces un fiesta e invitas a 92 personas a tu casa. Les pagas incluso por ir.

Les mandas el taxi, los amenazas con que si no van les dejarás de enviar los regalos que cada dos meses les entregas en sus casas.

Para convencerlos, les mandas al vecino ese que siempre trae pistola, a decirles que si no van a tu fiesta, se los quiebra.

Y aún con todo eso, nomás llegan a tu casa 17 de los 92 que esperabas.

Eso fue exactamente lo que sucedió con la fallida consulta popular del pasado Domingo de Ramos. Un fracaso total.

Por eso, sigo sin saber qué celebran Morena, el presidente, la 4T y sus babeantes seguidores.

Están tratando de aparentar que toda la colonia fue a su fiesta.

Lo único que lograron fue dividir una vez más al vecindario, porque entre los que no te quieren hubo algunos que trataron infructuosamente de que fueran a tu fiesta y otros hicieron campaña para que no lo hicieran.

Eso fue precisamente lo que sucedió con la fallida y frustrada consulta popular para la “ratificación de tu mandato”.

Y para amolarla de acabar, el chistecito le costó al vecindario de tu colonia un millón y medio de pesos, que tanta falta hace para obras realmente prioritarias.

La ciencia no es ocurrencia

La ciencia no es adjetiva, es eso: ciencia. ¿Recuerdan la ciencia judía y la ciencia aria?

Esas regresiones son a las que estamos expuestos en estos días de fanatismos ideológicos, que van que vuelan para convertirse en verdaderos fundamentalismos, con el enorme riesgo que ello implica.

Hasta dónde hemos llegado, que dos eventos que tuvieron en un hilo a México entero -la revocación y la votación del Congreso sobre la reforma eléctrica- ocurrieron en domingo.

Muchachos, ¿se ponen intensos en días de guardar? Pues qué es eso.

Y para cerrar…

“Ciencia neoliberal”, el gastado y acedo estribillo que le receta a su feligresía el pastor sexenal desde su púlpito en el Palacio Nacional, es la unión más idiota que he escuchado de un sustantivo con un adjetivo, y miren que he escuchado muchísimos.

Y ahora, un cierre para conocedores. Los que no le entiendan, voy a incluir al final mi correo para atenderles individualmente y si se puede, hasta en persona:

En 1885, el científico neoliberal Louis Pasteur probó con éxito la vacuna contra la rabia.

CAJÓN DE SASTRE

“Otra vez, como decía tu abuelita, la primera alcaldesa de todo México cuando lo fue de Perros Bravos, NL y luego lo fue de ese mismo municipio, que cambió de nombre a Gatos Güeros, tras la primera consulta popular en la historia de este País: ´¿quieren más o les guiso un huevo?”, remata la irreverente y claridosa de mi Gaby.