En un momento de redefinición geopolítica, marcado por la erosión del orden internacional tradicional y el avance de regímenes autoritarios, el pasado 24 del presente se llevó a cabo la conferencia sobre estrategia de seguridad nacional convocada por el Gold Institute for International Strategy. El evento, realizado en la capital de los Estados Unidos, fue encabezado por el teniente general retirado Michael T. Flynn, una figura clave en la articulación de una visión renovada del liderazgo estadounidense y de la nueva derecha internacional.
Flynn no es solo un veterano militar de alto rango y exasesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump. Es hoy una de las voces más influyentes dentro del pensamiento estratégico conservador en Estados Unidos. Como presidente del Gold Institute, lideró la presentación de un documento estratégico que busca reorientar la política exterior y de defensa de EE. UU. desde una posición de fuerza, claridad moral y alianzas firmes. Durante su intervención, delineó una hoja de ruta para reconstruir la disuasión global frente a amenazas como China, Irán y el crimen trasnacional. Su mensaje fue claro: la debilidad proyecta caos; el liderazgo proyecta paz.
Uno de los elementos más poderosos del documento presentado por Flynn fue su llamado a transformar la amenaza común en una oportunidad estratégica. A través de un lenguaje claro y directo, el texto advierte que adversarios autoritarios como China, Rusia y otros regímenes hostiles, no sólo buscan debilitar militarmente a Occidente, sino que infiltran y subvierten sus valores democráticos y estructuras sociales desde adentro. Esta amenaza, según Flynn, es comparable en magnitud a la vivida durante la Guerra Fría, pero con tácticas más sutiles y una influencia cultural más profunda.
El documento insiste en que la amenaza ya no es solo externa o militar, sino ideológica, cultural y civilizacional. Al igual que en el conflicto con la antigua URSS, el éxito del bloque democrático dependerá de su capacidad para mantenerse unido en torno a valores compartidos y para actualizar sus alianzas, instituciones y capacidades estratégicas. Es precisamente en esta lógica que se plantea la necesidad de una nueva arquitectura de defensa occidental, adaptada a los desafíos híbridos del siglo XXI.
El foro reunió a importantes figuras de la diplomacia, la seguridad y la política internacional. Entre los panelistas destacó la participación del eurodiputado de VOX, Hermann Tertsch, una de las voces más lúcidas del Parlamento Europeo en la defensa de las raíces cristianas de Europa, la soberanía de las naciones y la lucha contra el avance del totalitarismo globalista. Igualmente relevante fue la presencia del exsubsecretario de defensa de EE. UU. para el hemisferio occidental, Sergio de la Peña, chihuahuense de nacimiento y profundo conocedor de las dinámicas geopolíticas entre México, América Latina y Washington. De la Peña compartió ideas fundamentales sobre el papel de México en la seguridad hemisférica y la necesidad de un nuevo pacto estratégico continental.
Durante esa semana gratamente coincidimos varios mexicanos en Washington, D.C. participando en encuentros en los ámbitos militar, diplomático y político, compartiendo visiones sobre los desafíos comunes que enfrentan las naciones del hemisferio en materia de seguridad, soberanía y estabilidad.
Lo vivido el 24 de julio no fue una simple conferencia: fue una señal clara de que se está configurando una nueva arquitectura del pensamiento estratégico conservador, con presencia internacional, liderazgo con visión y compromiso con los valores fundamentales del mundo libre. Como señala el documento base de esta estrategia, los regímenes autoritarios no solo compiten con Occidente, sino que activamente infiltran nuestras instituciones, subvierten nuestras democracias y buscan redefinir nuestra civilización desde dentro. Frente a ello, la respuesta debe ser la unidad, la actualización de nuestras alianzas y la reafirmación de nuestros principios.
Ser testigo de este esfuerzo reafirma la urgencia de tender puentes, construir alianzas y preparar a nuestras naciones para los desafíos del nuevo orden global. Allí donde hay una amenaza común, existe también una oportunidad histórica para quienes están dispuestos a liderar. Una estrategia para el futuro la presentada en la Cumbre del Gold Institute.