Bienvenidos amantes de la gastronomía. ¿Ustedes creerían posible la existencia una “taquería” -en toda la extensión de la palabra- en el corazón de Polanco? Es posible, lo ha sido, y todo parece indicar que lo seguirá siendo. No se trata de cualquier taco, su especialidad es la cochinita pibil.

Y es que la primavera se acerca, y este es buen pretexto para salir a pasear el fin de semana, y asomarnos a ver a la oferta gastronómica de Polanco. Encontramos muchos restaurantes de altos vuelos, y otros tantos que ahorita están muy de moda; esto hace que este lugar del que les voy a hablar resalte por varios motivos.

Primero, se llama Turix, que significa “libélula” en maya, únicamente venden tacos de cochinita, panuchos y tortas de cochinita; no hay mesas y la gente come en la barda de una jardinera o de plano de pie. Pero esto no es ningún obstáculo para los comensales, que gustosos devoran los tacos.

Porque además hay una larga fila para acceder a este delicioso manjar; no obstante, el servicio es ágil, y el tiempo de espera no va más allá de los 15 minutos. Este lugar tiene treinta años en tierras polanqueñas, y sigue siendo un favorito, sobre todo para los fines de semana.

Uno pudiera pensar, al ir recorriendo las calles de Polanco, que el lugar “desentona”, pues al lado hay uno muy “cookie”, con sus mesitas y sombrillas, pero no es tan solicitado como los tacos del Turix.

Está ubicado en Emilio Castelar 212, Colonia Polanco, entre Masaryk, Edgar Allan Poe y Enrique Ibsen, a dos cuadras del Parque Lincoln. Ahora que si aquello de comer parado, o sentado en una jardinera no es su máximo en la vida, el local también vende la cochinita desde medio kilo, “para llevar” como marcan los cánones, y ya en casa degustarla plácidamente.

El horario de atención es a partir de las 11:30 y están hasta las 9:30 de la noche, y los precios están bastante decentes. El taco cuesta $25 pesos, la torta $45 pesos y el panucho $39; el medio kilo está en $248 pesos, y el kilo $495 pesos.

En mí opinión los panuchos son lo mejor, son diferentes a los que se hacen en Yucatán, pues los del Turix son con la tortilla crujiente, sus frijolitos negros refritos, y encima de forma grosera y golosa se coronan con la cochinita, a la que vamos a acompañar con su cebolla morada encurtida con chile habanero. Simplemente delicioso.

Lo mejor, es que quienes llevamos años degustando de la oferta gastronómica de Polanco, sabemos que el Turix es un clásico que no cambia, que su esencia es ser una taquería en toda forma sin pretensión alguna, enfocados en lo que verdaderamente les importa: vender una buena cochinita pibil.

Negocio de yucatecos que emigraron de la península para venirse a trabajar a la Ciudad de México, y quienes aprovecharon la migración tan grande que hubo en Polanco a raíz del sismo de 1985, y del surgimiento otras colonias que ofrecían más exclusividad como Interlomas, antes de que Santa Fe apareciera en el mapa.

Lo más loable es que siguen siendo fieles a sí mismos, y el sabor es exactamente igual que la primera vez que probé esos tacos, allá en los inicios de los años noventa, del siglo pasado, hijos míos. Bon appétit!

Cat Soumeillera en Twitter: @CSoumeillera