Era el año 2007 cuando Andrés Conesa anunciaba dos vuelos nuevos a Europa: el México-Barcelona y el México-Roma. Tengo que decirlo, yo era en esos momentos parte de la representación de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), y me tocó trabajar el tema de las pernoctas con los sobrecargos.

Ahora, 15 años después, la empresa del Caballero Águila anuncia el retorno a Roma, y yo vuelvo a recordar muchas cosas que les quiero compartir. Sin lugar a duda el crecimiento de las aerolíneas nacionales nos da mucho gusto, y también que los planes y proyectos de crecimiento vayan viento en popa a pesar de los escollos a los que de manera inevitable se están enfrentando.

Es una realidad, aumentar la oferta de vuelos a Europa resulta interesante. Ya en el pasado se realizaron varios estudios, y en aquella ocasión todo indicaba que la ruta iba a tener un éxito rotundo; desconozco si se sintieron presionados, pero el vuelo Roma duró realmente muy poco.

El viejo continente es un gran mercado, sobre todo en verano, que la gente busca viajar al otro lado del Atlántico porque hay buen clima, y es cuando se dan los viajes de quinceañeras, y uno de los puntos más atractivos de estos viajes es precisamente la visita a Roma, que incluye, faltaba más, la asistencia de las quinceañeras al Estado Vaticano, con la intención de recibir “la bendición papal”.

Experiencia que conozco ya que algún miembro de mi familia paterna se ha ido a “cuidar quinceañeras” en esos viajes; por eso sé cómo les venden a los padres estos paquetes de vuelo. Así que suena muy atractivo ofrecer un viaje directo a Roma. En aquellos ayeres (2007) cuando se planteó la ruta, era con escala en la ciudad de Monterrey.

Ahora veo que la propuesta para esta ruta es que los vuelos sean directos: tres a la semana, saliendo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aterrizando en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma. En esta ocasión quieren atraer a los pasajeros al ofertarles no solo Roma, sino que también podrán hacer conexiones a ciudades como Milán, Turín, Génova, Venecia, Florencia, Nápoles, Catania y Bolonia.

Han anunciado que tentativamente el inicio de esta ruta será para finales de marzo y planean, sí todo va bien, ampliar de 3 frecuencias semanales a 5 a partir del 1° de junio, todo en aviones B787-Dreamliner.

De verdad que todo suena muy bonito; sin embargo en 2008, cuando ya la ruta estaba formalmente operando y se hacía con escala en Monterrey, presentaba bajos niveles de ocupación.

Recordemos: la oferta comenzó a finales de julio de 2008 con dos vuelos semanales; el entonces gobernador del estado de Nuevo León, José Natividad González Parás, dio el banderazo de salida junto con el embajador de Italia en México, Felice Scauso; el director regional de Aeroméxico, Genaro Esparragoza, y el titular de la Corporación para el Desarrollo Turístico, Jorge Cantú Valderrama.

El gobernador Natividad González aprovechó la ocasión para afirmar “nos acerca a ese gran país que es Italia, que está fortaleciendo las relaciones económicas, comerciales turísticas, culturales con México, y este nuevo vuelo es un activo también para nuestro Estado”, tal y como recogió en su momento Notimex.

En ese entonces, Aeroméxico acababa de recibir dos nuevos equipos B767, a los que nombraron “Diego Rivera” y “Frida Kahlo”, y serían los encargados de realizar dichos vuelos. Pero como les comentaba, el gusto les duró poco, el vuelo inaugurado el 28 de julio del año 2008 vio su ciclo concluido para enero del 2009, cuando la directiva de la aerolínea decidió cancelar el vuelo a Roma.

Con todos estos antecedentes, Aeroméxico no debe perder de vista el panorama internacional, lo cual implica el que continúa el conflicto bélico en Europa, mismo que ha encarecido el precio de los energéticos. Supongo que lo tienen contemplado y es por eso que anuncian la próxima inauguración en marzo del siguiente año.

Para concluir déjenme contarles, al principio les dije que estuve involucrada en este vuelo, pues en ese momento la de la voz estaba como Secretaria de Actas de ASSA y además me involucré con el Centro de Estudios de Aeroméxico para ver lo concerniente a la pernocta de los compañeros sobrecargos.

Y trabajé desde buscar hoteles, averiguar cómo transportarse del hotel al centro de Roma, tener información sobre lugares dónde comer con las tres “B´s” (bueno, bonito y barato), así como opciones para hacer en el tiempo libre.

En aquel momento el itinerario de vuelo contempló que la tripulación se quedará 4 días en Roma, entonces se buscó que los viáticos fueran los más altos, al igual que los que entonces se otorgaban para el vuelo a Barcelona.

Ustedes no tienen idea de las discusiones que hubo dentro de mi sindicato; primero porque el hotel estaba al lado del aeropuerto, y eso no les gustó, querían uno del centro de Roma; pero eso implicaba horas de tráfico; como en cualquier ciudad cosmopolita, el tráfico es un viacrucis en Roma, por eso se consideró que el hotel tuviera acceso al metro. A mí me tocó hacer las guías de traslado, del aeropuerto a diversos puntos del centro.

Es un trabajo del que me puedo sentir orgullosa; lástima que la empresa Aeroméxico decidió cerrar la ruta después de 6 meses operando. Espero que en esta ocasión el vuelo dure muchos años más, y por supuesto que estoy ansiosa por conocer las condiciones en que los tripulantes harán ese vuelo, en estos tiempos post pandemia, y tras hacer todos los ajustes económicos a través de un “Convenio de Ahorros” después de pasar por el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos.