He comentado varias veces dos novelas de Santiago Posteguillo sobre Julio César, Roma soy yo, que leí antes de la pasada Navidad, y Maldita Roma que hasta anoche me mantuvo muy entretenido.

Un amigo me dijo hace días: “En Roma la gente no era tan lista como tú crees. Su sociedad desarrolló instituciones como el senado, avanzó mucho en la construcción del derecho y era vanguardista en tecnología militar. Pero sus números eran un desmadre, qué bueno que ahora solo los usamos para identificar los siglos. Te reto a sumar en romano los sueldos de dos diputados”.

Acepté el reto. Pensé que no podía ser tan difícil. Desde luego, empecé por averiguar cuánto ganan quienes se dedican a legislar. En internet encontré que cada diputada o diputado de la Ciudad de México recibe al mes 72 mil 612 pesos.

El siguiente paso fue convertir ese número arábigo en romano. Hice trampa: recurrí a una página de internet que realiza tales conversiones, Mathpower, “web alemana establecida en 2002″. Se especializa en calculadoras online: “Tan sólo introduce tu problema matemático para resolverlo”. Tiene ediciones en varios idiomas, entre otros el español.

En Mathpower pude convertir con facilidad el sueldo de diputados y diputadas. Aquí el resultado:

72612 es como número romano MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMDCXII

Después de ver tantas emes pensé: “Está cabrón”. Pero seguí adelante, así que planteé la suma.

MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMDCXII

+

MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMDCXII

¿Cómo carajos se suma eso? Supuse que debía haber reglas para hacerlo y las busqué. En otra página de internet las hallé, Gaussianos.com, un blog sobre matemáticas de Miguel Ángel Morales Medina, quien se graduó de licenciado en tal disciplina en la Universidad de Granada, España.

Ahí se explican las reglas para sumar en romano. Empiezo por recordar lo que son los números romanos:

1.- “El sistema de numeración romano es un sistema no posicional que asigna valores a ciertas letras. Las letras usadas y sus valores son los siguientes”:

I = 1

V = 5

X = 10

L = 50

C = 100

D = 500

M = 1000

2.- “Los romanos no tenían símbolos para representar cantidades mayores a 1000″.

3.- “La representación de cada número en este sistema es bastante curiosa”.

4.- “Si escribimos un símbolo delante de otro mayor estamos restando el menor al mayor. Por ejemplo, IX sería 10 – 1 = 9″.

5.- “Si escribimos un símbolo detrás de otro mayor se lo estamos sumando. Por ejemplo, LX = 50 + 10 = 60″.

6.- “Podemos usar símbolos iguales de forma consecutiva en un máximo de tres apariciones. Por ejemplo, XXX = 10 + 10 + 10 = 30 (la I parece ser una excepción, ya que a veces el número 4 se representaba IV y a veces IIII)”.

7.- “Y en general no podemos restarle a un símbolo otro que sea menor que un décimo del valor del primero. Por ejemplo, 49 se escribe como XLIX y no como IL”.

¿Entendí lo anterior? Más o menos. En la primaria o en la secundaria algo me habían explicado. Hasta ahí logré avanzar.

Ahora veamos cómo sumar números romanos

Empiezo por aclarar que, según gaussianos.com, la resta con tales números es más sencilla que la suma. Pero la multiplicación y la división son mucho más complicadas.

En fin, veamos las reglas para sumar números romanos (cito sin entrecomillar):

  • 1.- Convertimos las restas en sumas. Por ejemplo, IX debería ser reescrito como VIIII.
  • 2.- Concatenamos los dos números que queremos sumar.
  • 3.- Ordenamos los símbolos en orden decreciente según su valor.
  • 4.- Hacemos sumas internas de derecha a izquierda. Por ejemplo, si aparece IIIII lo reemplazamos por V.
  • 5.- Volvemos a convertir a restas en los lugares donde sea necesario para respetar las reglas de escritura antes descritas.

Gaussianos presenta un ejemplo sencillo: 145 + 79, que en romano sería CXLV + LXXIX

  • 1.- CXLV pasa a CXXXXV. LXXIX pasa a LXXVIIII
  • 2.- Concatenamos: CXXXXVLXXVIIII
  • 3.- Ordenamos: CLXXXXXXVVIIII
  • 4.- Sumas: VV pasa a X. Queda CLXXXXXXXIIII. XXXXXXX pasa a LXX. Queda CLLXXIIII. Y LL pasa a C. Queda CCXXIIII
  • 5.- Pasamos a restas en los lugares donde corresponda: IIII pasa a IV. Nos queda el resultado deseado: CCXXIV = 224

¿Entendieron? Yo tampoco.

Con nuestros números, los arábigos, es fácil sumar 72612 + 72612. El resultado es 145224. Pero, ¿cómo hacerlo con números romanos? Para terminar el juego y poder presumir la suma decidí acudir al convertidor alemán de números arábigos en romanos y así ya quitarme de líos.

Mathpower no pudo hacer la conversión: “Este número (145224) es demasiado grande”.

El número arábigo más grande que Mathpower pudo convertir en romano es 100000: MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

Los alemanes de Mathpower explican con una enorme pirámide cómo llegaron a tantas emes. Aquí una imagen de parte de tal pirámide, ya que no pude fotografiarla toda:

Cien mil en romano, y faltaron emes

Mathpower utiliza tales pirámides para desarrollar paso a paso la conversión de números arábigos en romanos. Enseguida dos ejemplos:

10000 es como número romano MMMMMMMMMM:

Diez mil en romano

Ahora un número sin ceros, 17587, que es como número romano MMMMMMMMMMMMMMMMMDLXXXVII:

17 mil 587 en romano

Yo, Claudio X sumó, pero restó, en romano

Está en chino sumar números romanos. Quien lo intente con cantidades grandes casi seguramente se equivocará. Creo que Claudio X. González se tomó excesivamente a la romana su nombre, entonces se sintió tan emperador como Tiberio Claudio César Augusto Germánico, convocó a su guardia pretoriana (Alito Moreno, Marko Cortés, Chucho Zambrano), hizo en romano algunas aritméticas y concluyó: “PRI + PAN + PRD = pierde Morena”.

El problema es que no sumó, sino restó... ¡y no se dio cuenta! No le cayó el veinte de que la gente que suele votar por el panismo detesta al priismo, y al revés. Hasta en romano es posible entenderlo.

El emperador Claudio posiblemente murió víctima del veneno que le dio una mujer, su esposa Agripina. Nuestro Yo, Claudio X morirá envenenado por otra mujer, específicamente por el resultado electoral de Xóchitl Gálvez, quien camina directo y sin escalas hacia la derrota con una desventaja de más de 30 puntos porcentuales.

Por enredarse con una suma romana que terminó siendo resta, Claudio X. ha facilitado la llegada a la presidencia de una tocaya suya, Claudia Sheinbaum.

Me dicen que don Claudio X. González ya ensaya, para pronunciarlas durante la noche de las elecciones presidenciales del próximo junio, las que, según Séneca, fueron las últimas palabras de Claudio César Augusto Germánico: “Creo que la he cagado”.

Y es que, en romano, tanto Claudio X. como sus praetōrēs andan ya desde hace rato sufriendo la maldición de la diarrhoea política generada por haberse tragado el cálculo electoral equivocado.