Desempolvando el modelito que vienen usando desde los pactos de solidaridad con Salinas, el pasado lunes 19 de mayo de 2025 los líderes charros sindicales y empresariales se pusieron sus trajecitos y se dispusieron a sacar el pecho por el sector productivo en los tiempos de Trump 2.0.

Y es que muchos de los que estaba allí también firmaban los pactos económicos salinistas, son los mismos, solo que ahora ya tienen diabetes y gota.

Podríamos intentar resumir propuestas y posturas, pero en realidad no se dijo nada que no hayas escuchado en cualquier evento oficial del primero de mayo: se vienen tiempos de unidad y de lucha (sic).

Al diputado que anda organizando estos eventos, para ponerse la medalla de que agrupa al sector productivo, le salió el tiro por la culata, pues el foro se aprovecho para dejar caer un río de lamentos por la desaparición de la figura tripartita del Infonavit y otros espacios. Como si los problemas de los trabajadores se resolvieran con eso. Recordemos que todas las tranzas de los últimos 30 años pasaron justo con esa estructura tripartita de por medio. Se duelen de haber perdido la oportunidad de manosear esos fondos, de colocar constructoras amigas, de palomear y vender créditos, vamos de no dejarlos ser los líderes charros tranzas que son.

Ya nadie los toma en cuenta, ni una diputación les dieron, pero es que todos saben que no agrupan nada, su poder de convocatoria es nulo, no estallan huelgas, son unos tristes payasos con toma nota, de no haber llegado su amigo Alfredo Domínguez al Centro Federal de Conciliación, no hubieran legitimado los contratos de protección que hoy los mantienen.

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Llegado el momento, cuando las reformas al Infonavit vengan de arriba, cuando se decidan cambios laborales desde EU con la ratificación del T-MEC, se esconderán en sus locales sindicales y se sentará sobre su cola dinosáurica esperando que el asteroide no termine de exterminarlos.

Los acuerdos del sector que esperamos ver algún día son:

  1. Que las cuotas sindicales solo sean voluntarias y no se hagan vía nómina, que la gente realmente decida y pague directamente al sindicato.
  2. Que desaparezcan los sindicatos de industria, a donde el líder lleva décadas reeligiéndose y no trabajan en ninguna empresa. Que solo haya sindicatos de empresa.
  3. Que se dejen de pagar los salarios de miseria que tenemos en México. No es posible que el 50% de la población ocupada gane el ingreso mínimo.
  4. Que realmente desaparezca la subcontratación, pues a pesar de haber negociado la casi desaparición de las utilidades, siguen laborando con esa figura 5 millones de trabajadores, con la complacencia de las autoridades del trabajo y estos líderes de lucha.

Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en Derecho por la UNAM.