Qué rápido pasa el tiempo y que tan rápido también, pueden dar vueltas las cosas. Hace apenas un año, los cercanos a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se sentían seguros y confiados, con la pista libre para transitar tranquilamente sobre el tartán que los llevaría a la meta. No tenían en su radar que había una persona más cercana al Presidente que se fortalecería en los meses siguientes, al contrario, creían que habían quedado solos cuando la tragedia de la Línea 12 del Metro parecía descarrilar solamente el vagón de Marcelo Ebrard.

Hoy, poco más de 12 meses después, la situación ha cambiado radicalmente. Los adelantados y aplaudidores de siempre, esos que buscan a como de lugar acomodarse con quienes las señales apuntan será el nuevo poder, han pisado los frenos de golpe, ya no hay jubilo ni sobradez, ahora hay preocupación y zozobra.

Los avances en la investigación sobre las causas de la caída de la Línea 12 le hicieron un efecto boomerang a la jefa de gobierno, quien ante los resultados de los peritajes realizados por la empresa noruega que ellos mismos contrataron, decidieron no solo no publicarlos, sino también descalificarlos y amenazar con proceder legalmente en contra de ellos por las conclusiones a las que han llegado. Así es, el gobierno demanda a quien investiga y no a quien construyó la obra.

Curiosamente, el periódico español El País, aquel en el que Sheinbaum salió en portada hace algunos meses para consolidar su imagen de presidencial, es el que ha sacado a la luz los supuestos resultados que su gobierno ha tratado de ocultar, y que evidentemente señalan al actual gobierno de la ciudad, de haber sido corresponsable en dicha tragedia que costó la vida de 26 personas, al no haber realizado acciones de inspección ni de mantenimiento adecuadas en dicho tramo.

A la gravedad de lo publicado, se le suma la caída en popularidad que ha sufrido la jefa de gobierno en el último año. Periodo en el cuál han aflorado una serie de problemáticas en la ciudad que no han sido capaces de resolver, y que trajo como respuesta una derrota en las elecciones del año pasado en las que Morena perdió la mitad de la ciudad a manos de la oposición; y en este 2022, la entidad que Sheinbaum gobierna, fue la que mas votos sacó en contra del Presidente para su revocación.

Por eso Sheinbaum está complicada de la carrera rumbo a la Presidencia, porque primero es altamente probable que Morena pierda la capital en la elección del 2024, y al hacerlo, el nuevo gobierno tendrá en su poder información importante y comprometedora de la Linea 12 y de otros casos, que podría utilizar para proceder mediante un juicio político en contra de la hoy jefa de gobierno en caso de que esta llegara a ser Presidenta, y eso es algo que para Morena y los suyos significa un riesgo muy grande que preferirían evitar.

No pueden arriesgarse a poner en manos de la oposición la suerte del próximo Presidente de México, y con la capital pérdida como hasta hoy la tienen, y con los resultados de un informe que criminaliza su gestión, lo mejor que le puede pasar a Claudia Sheinbaum es que le encuentren en el Senado de la República una posición que la deje pasar la tormenta mediante el fuero, y le de la oportunidad de subsistir en búsqueda de mejores tiempos.

Con ella en duda, no hay que ser adivino para saber quienes son los que ahora se consolidan como favoritos, a poco más de un año de que haya humo blanco en Palacio Nacional y en la sede del hoy partido en el poder.