Pues sí, ocurrió como muchos lo anticiparon. Alito Moreno y la cúpula priista, en un evento oficial, declararon su apoyo a Xóchitl Gálvez para encabezar la candidatura del Frente en 2024, cargándose a su paso a Beatriz Paredes. Según ha trascendido, al menos hasta el momento de la redacción de estas líneas, la consulta del próximo domingo ha sido suspendida.

Acto seguido, un gran número de analistas y detractores de la oposición se lanzaron en contra de la alianza tripartida denunciando que habían traicionado a los mexicanos bajo la simulación de que sería a través de una encuesta el domingo 3 de septiembre cómo sería electa la candidata.

Los morenistas no vacilaron en denunciar de que el PRI siendo el PRI había nuevamente dado muestras de autoritarismo partidista, como si en realidad el proceso interno de Morena tuviese genuinos rasgos democráticos, y como si todos los mexicanos no tuviésemos conocimiento de antemano que Claudia Sheinbaum ha sido la elegida desde antaño para abanderar a la alianza oficialista.

La pregunta que ha sido lanzada al aire es: ¿en verdad se ha dañado la candidatura de Xóchitl Gálvez? ¿El método de selección interno que tuvo lugar en el Frente tendrá en los hechos un efecto damnificador en la campaña de la panista? ¿tendrá consecuencias en los resultados del año que viene?

A mi juicio, el daño será relativo. Mientras hoy los analistas, detractores y la opinión pública denuncian a viva voz la intromisión de Moreno en la selección del candidato, las elecciones están muy lejos en la distancia. Muchos votantes, sacudidos por la vorágine de las campañas que tendrán lugar desde ahora hasta la veda electoral, habrán olvidado el proceso interno.

En este contexto, el método de selección del candidato del Frente quedará pronto en el olvido. Para la mala fortuna de nuestra democracia en ciernes, la mayoría de los votantes no está familiarizada con los procesos partidistas. Importa muy poco.  El priismo de antaño enseñó que son los partidos, sea cual sea su procedimiento al interior, los que presentan al candidato que aparecerá en la boleta electoral.

En otras palabras, lo que en realidad tendrá un impacto significativo en los resultados de las elecciones del próximo año serán las campañas de tierra y el nivel de aceptación que Claudia y Xóchitl sean capaces de alcanzar. En el caso de la panista, que no contará con el apoyo del aparato del Estado (como es claramente el caso de su opositora morenista) tendrá la exigencia de construirse como una candidata cercana a las necesidades de la gente.

En suma, los hechos ocurridos en el seno del Frente sí que han demostrado que los partidos que lo conforman actúan bajo una lógica estrictamente política, lo que ha desilusionado a un puñado de analistas y politólogos que aspiran a una democracia partidista. Sin embargo, para el votante común y lejano de las reflexiones académicas lo que ocurrió en el Frente a finales de agosto de 2023 habrá quedado en el olvido en 2024.