El vicealmaritante del AICM

“Los pasajeros que llegan al aeropuerto más concurrido de América Latina ahora se encuentran con infantes de marina uniformados, que los dirigen a las colas de inmigración, supervisan los controles aduaneros y patrullan la terminal”.

Lo dicen Michael Stott y Christine Murray en un largo reportaje del Financial Times sobre las fuerzas armadas de México y los negocios del Estado que estas operan.

Stott y Murray hablan del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, del que soy usuario frecuente. Me consta que el servicio y la seguridad mejoraron bastante desde que lo dirige el vicealmirante Carlos Vázquez Tiscareño, a quien no tengo el gusto de conocer.

Todavía hay áreas que deben eflicientarse, en mi opinión. Si me pidiera sugerencias, al vicealmirante le diría que estorban no pocos establecimientos comerciales. Entiendo que generen recursos al AICM, pero dada la enorme cantidad de pasajeros y pasajeras que utilizan sus terminales, ayudaría liberar espacios para caminar por los atestados pasillos.

Para realizar su trabajo Michael Stott y Christine Murray entrevistaron al vicealmirante Vázquez Tiscareño. Este les dijo: “Había corrupción en todas partes... (así) el presidente dijo: ‘Necesito a las fuerzas armadas’…”.

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Que disminuyó la corrupción con la marina operando el aeropuerto capitalino, es un hecho. No lo refutan el reportero y la reportera del Financial Times ni tampoco las personas que entrevistaron, periodistas e intelectuales cuyos nombres y prejuicios ideológicos son bien conocidos en nuestro país.

De hecho, sobre la nueva administración del aeropuerto, en el reportaje citado solo se expresan el vicealmirante Vázquez Tiscareño y el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El vicealmirante dijo: “Había corrupción en todas partes, nos necesitaban, el presidente lo ordenó y aquí estamos”.

Amagos golpistas, pero no militares, sino de parte de la derecha empresarial

Interesante comentario del vicealmirante ese de “el presidente lo ordenó y aquí estamos”. Demuestra que las fuerzas armadas de nuestro país son disciplinadas y que, con absoluta responsabilidad, se subordinan a quien despacha en Palacio Nacional. En la información del Financial Times eso lo destaca uno de los más fuertes críticos de AMLO, el historiador Enrique Krauze: “El ejército mexicano ha sido totalmente institucional y leal. Nunca ha habido ninguna amenaza de golpes militares, como lo hubo en el resto de América Latina”.

En efecto, no hay en México amenazas de golpes militares, pero… No lo comentan en el Financial Times —valdría la pena que Michael Stott y Christine Murray lo investigaran para un próximo reportaje—, el riesgo para la estabilidad política en nuestro país lo representan los amagos golpistas de una derecha empresarial ultraconservadora, encabezada por Claudio X. González, a quien no entrevistaron en el diario británico, pero que fundó una organización que está detrás de las críticas, me parece que exageradas, que se hacen a las fuerzas armadas en la nota que estoy analizando, MCCI, esto es, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que es solo un instrumento para golpear a la 4T y que nada hace para investigar la verdadera corrupción nacional, la que ha lubricado la complicidad entre las grandes empresas y los anteriores gobiernos.

Las vacaciones del general y la corrupción de periodistas e intelectuales

En su reportaje, Stott y Murray hacen referencia a críticas recientes contra el secretario de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, porque compró un apartamento y salió de vacaciones.

El señor Michael Stott y la señora Christine Murray residen o han residido en México. Conocerán el estilo de vida de algunas de las personas que entrevistaron. Ojalá se pregunten por el patrimonio de dos o tres periodistas e intelectuales que les dieron sus puntos de vista sobre las fuerzas armadas. Viven como verdaderos potentados. Stott y Murray, exitosos profesionales del periodismo en Europa y Estados Unidos, no acumulado tal riqueza… ni la acumularán.

Amigos periodistas de España con frecuencia me preguntan cómo le hacen algunos y algunas columnistas de diarios y comentaristas de radio y TV de México para habitar mansiones, tener ranchos enormes y casas en el extranjero. Como no pecan de ingenuidad, Stott y Murray conocen la respuesta a esa pregunta: fue gracias a favores recibidos por parte de los anteriores gobiernos que se enriqueció la gente importante que trabaja en los medios de comunicación de nuestro país —conste, no hablo de accionistas de tales empresas—.

Considero cinismo cuestionar a un militar del más alto rango, que además ha trabajado durante décadas, por haber comprado más o menos a precio accesible un apartamento que no estaba terminado, o por haber salido de vacaciones a Italia después de 20 años de no hacerlo.

Ni se roban las maletas ni el narco manda en el aeropuerto

Volviendo al tema de la administración del AICM por parte de las fuerzas armadas, AMLO no mintió cuando dijo —lo citan en el Financial Times— que ahora “no se están robando maletas, como antes; el contrabando no está permitido y, lo que es más importante, esas operaciones en las que los narcotraficantes (temporalmente) tomaron el control del aeropuerto... ya no suceden”.

¿La gente del periódico británico tendrá alguna queja de los y las infantes de marina que trabajan en el aeropuerto capitalino? Estoy seguro que ninguna y, si son honestos, aceptarán que las cosas en las dos saturadas terminales operan mejor que antes.

El resto del reportaje de Stott y Murray tiene que ver con las otras empresas públicas que administran las fuerzas armadas. ¿Eso es malo? Creo que más bien es eficiente y garantiza menos corrupción en la nación que gobiernos anteriores convirtieron en la más corrupta del mundo.

En la nota del Financial Times lo explica muy bien el profesor Lorenzo Meyer: “El ejército es la única parte de la burocracia mexicana que es disciplinada. Cuando le das la orden al ejército de terminar un aeropuerto en un cierto período de tiempo, se hace”.

Y, como asegura el vicealmirante Vázquez Tiscareño en la entrevista que le hicieron Michael Stott y Christine Murray: sin duda siempre hay riesgos de corrupción, pero en términos generales el ejercito es honesto y siempre obedecerá las órdenes del presidente.

La SCJN y las fuerzas armadas

¿Es bueno o malo que AMLO haya decidido que el ejército y la marina administren aeropuertos civiles, la agencia nacional de aduanas, puertos marítimos, dos nuevas líneas de trenes y, próximamente, una aerolínea de pasajeros, la renacida Mexicana de Aviación?

Para responder a tal pregunta se necesitaría mucha más investigación que solo la opinión de periodistas e intelectuales molestos con el presidente López Obrador porque perdieron privilegios en su gobierno de izquierda.

En cualquier caso, es lo que ha decidido hacer un presidente democráticamente electo. Si hay a quienes no les guste tal situación, deberán ganar las elecciones de 2024 para que un gobierno de derecha cambie las cosas.

No parece lo más probable que el partido de AMLO vaya a perder las elecciones presidenciales de 2024. Lo reconocen el reportero y la reportera del Financial Times, diario en el que ayer se publicó otra nota sobre México, relacionada con Claudia Sheinbaum, líder en todas las encuestas serias.

Por cierto, Michael Stott y Christine Murray mencionan en su reportaje la decisión de la SCJN de declarar inconstitucional el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.

No sé qué tenga que ver eso con las empresas administradas por las fuerzas armadas. Según recuerdo, ministros y ministras que votaron por la inconstitucionalidad argumentaron que, pues eso, la Constitución no lo permitía, y nada más. Nadie en la corte suprema habló contra el ejército o la marina; los y las juristas, que yo me haya dado cuenta, nunca plantearon que sea ilegal o inconveniente que el ejército opere empresas.

En TikTok es popular el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Tiene una sección, “Charlas con el profe Zaldívar”, en la que explica en términos simples temas relacionados con el derecho. Valdría la pena que el profe Zaldívar hablara al público de esa red social, mayoritariamente joven, sobre la legalidad de que las fuerzas armadas intervengan —en mi opinión por eficientes y menos corruptas que otras dependencias del gobierno— en la administración de empresas del Estado, desde luego nunca en sustitución del sector privado nacional y extranjero que vive en México una época de verdadero esplendor sin necesidad de tener que dar moches a todo el mundo. Esta práctica sucia seguirá existiendo, pero ya no en los niveles terribles de otros sexenios.

El profe Zaldívar podrá invitar a sus charlas a debatir al tema a sus colegas. Propongo esta programación:

  • Un lunes debatir sobre la presencia de la marina armada en el AICM con la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández. Valdría la pena que la jurista Piña se expresara sobre un aeropuerto que seguramente ha utilizado con frecuencia durante años.
  • El martes siguiente, que el profe Zaldívar cuestione al ministro Alberto Pérez Dayán acerca de la compra de la marca Mexicana de Aviación para que el ejército vuelva a darle vida a la añorada aerolínea que la corrupción de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón destruyó.
  • El miércoles una mesa redonda sobre el Tren Maya y el papel de las fuerzas armadas en la que participen las ministras Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel y los ministros Jorge Pardo, Javier Laynez y Luis María Aguilar. Que lo hagan en algún punto del tramo Palenque – Escárcega.
  • El jueves que Zaldívar dialogue con la ministra Margarita Ríos Farjat y el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá sobre los paquetes turísticos que ofrece las Secretaría de la Marina para visitar las Islas Marías; de preferencia que sea un video grabado en las propias Islas Marías, que me dicen son bellísimas y que los y la jurista disfrutarán sin duda.
  • Y el viernes una charla de conclusiones del profe Zaldívar con el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Sugiero lo hagan relajados en un bar de Polanco.

Cinco videos breves de TikTok podrían servir para poner orden en un debate en el que si solo se deja opinar a Jorge Castañeda, a Carlos Loret de Mola y a María Amparo Casar —esta subordinada directa de Claudio X.—, terminará por dañar a la que quizá sea la institución más admirada por la gente en México, las fuerzas armadas.

Propongo que eso lo hagan en TikTok ministros y ministras, y no en Justicia TV, canal que nadie ve, excepto algunas personas infectadas por el morbo de la política, como yo —pero, que conste, juro que solo lo hago cuando se sabe que van a llevarle la contra en el pleno de la SCJN a algún proyecto de AMLO; aunque soy el más entusiasta partidario de Andrés Manuel, disfruto el espectáculo democrático de que pierda algunas batallas importantes el presidente que las gana casi todas—.