Sasha Sokol hoy vuelve a hablar acerca del abuso que vivió por parte de Luis de Llano durante muchos años, ya había escrito de esto en su cuenta de Twitter hace unas semanas, pero Luis de Llano lo desacreditó absolutamente, como muchos otros lo hicieron en total complicidad, culpándola a ella, y culpando a la madre.

Hoy Sasha vuelve a ser valiente y vuelve a hablar y a alzar la voz y esta vez piensa en demandarlo. No lo hizo antes por los mismos motivos que las leyes ahora pueden darnos a las mujeres para desistir de nuestras denuncias: falta de legislación adecuada, estigmatización, miedo y vergüenza, que ya fue hace mucho y que ya no procede.

Hoy Sasha Sokol le abre la puertas a muchas mujeres para que tengan el valor de denunciar o por lo menos de hablarlo o de escindirlo, ya al hacerlo resulta ser bastante reparador emocionalmente hablando para las víctimas, porque tristemente la justicia en este país no nos cuida y tampoco nos cree. Sasha Sokol me abre la puerta para hoy, aquí , denunciar a mi manera y desahogar a aquel esposo de aquella prima hermana, que teniendo yo 8 años algo hizo conmigo. Y digo algo porque tengo entren nubarrones mis recuerdos. Mi madre se había ido a una fiesta con su entonces sobrina, me dejaron en casa de mi prima y había una señora del aseo que me estaba cuidando, me pidió que me acostara en la cama de mi prima. Supuse que ella al llegar de su fiesta se acostaría junto a mí, pero en su lugar, se acostó su marido junto a mí (él tendría 47 años en aquel entonces) (yo no lo puedo llamar primo) solo recuerdo su mirada lasciva encima de mí y su mano en mi pierna. Yo temblaba de miedo. No recuerdo más. No quiero recordar más.

Durante muchos años sentí culpa y vergüenza porque frecuentemente lo seguía viendo en las convivencias familiares. Toda la familia era muy católica y eso me hacía sentir mucho más culpable.

No hubieron pruebas, tampoco nunca lo hablé, no supe qué pasó. Tampoco lo puedo recordar.

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Pero Sasha Sokol me empujó a poder al menos en este espacio poder desahogarme y de pasito, quizá él me lea y sepa que no olvido esto ni lo olvidaré nunca y qué hay algo en esta vida que se llama justicia divina y esa sí se cumple.

Leí a Sasha y sentí que yo era ella. Su herida era la mía y sus ganas de gritar fueron las mías.

Siempre fui súper fanática de Timbiriche, siempre quise ser Sasha porque sí, era la más bella y también la más inteligente. Hoy también quiero serlo. Gracias por el desahogo.