En julio y agosto del año pasado, escribí varios textos sobre la consulta popular que estaba dirigida a valorar el pulso social sobre las responsabilidades de actores políticos (anteriores jefes del Ejecutivo federal).

Uno de esos textos, que se publicó el 1 de agosto de 2021, llevaba por título: “16 reflexiones sobre la Consulta Popular”.

En esta oportunidad, retomo ese mismo texto y los argumentos que desarrollé en su momento para expresar mi opinión sobre la revocación de mandato, cuya jornada cívica se celebrará el próximo domingo, 10 de abril. Lo hago así porque tanto la consulta como la revocación son dos formas de concretar ejercicios de democracia participativa y directa.

Éstas son mis reflexiones:

  1. El valor social de abrir los caminos de la democracia participativa y directa, me parece lo más relevante de ambos ejercicios.
  2. Un o una demócrata dice: “Voy a expresarme en torno a la revocación, a ejercer mis derechos políticos…”, (por el sí o por el no o se abstiene). Entiendo que habrá millones de ciudadan@s que no ejercerán esos derechos. Supongo que, en ello, también interviene un factor de cultura política. Respeto su decisión, pero no la comparto.
  3. Puede una o uno estar de acuerdo o en desacuerdo con este ejercicio de participación social (la revocación o cualquier otra consulta ciudadana). Una sociedad democrática es la que sabe gestionar progresivamente los desacuerdos.
  4. Quienes dicen que la revocación es “un circo” o un “distractor” ¿Han hecho algo por promover otros ejercicios de democracia participativa y directa?
  5. Que en la revocación participemos unos 10 o 15 millones de ciudadanas y ciudadanos, sería un buen comienzo. El criterio ético, moral, será primordial en la eventual interpretación que hagamos de los hechos.
  6. ¿Acaso el Brexit, en Gran Bretaña, fue un “circo” para las y los ciudadanos? No. Fue un ejemplo y ejercicio de consulta popular, de democracia participativa, legítimo, con efectos resolutivos, legales.
  7. La revocación de mandato, en México, es un ejercicio inédito, con base legal y legitimidad sociales, avalada por los tres poderes de la unión, y por segmentos significativos de la sociedad civil. ¿Quién, desde dónde y con qué racionalidad dice que es un “circo” o sólo una ocurrencia?
  8. Este domingo 10 de abril, veremos cuál es la base social que impulsa la figura democrática de la revocación, o no.
  9. Congruencia. Si exigimos participación en las decisiones públicas, hay que ejercer los derechos políticos como lo es el caso de la revocación. Si no se participa, no se vale decir: “Los gobernantes nunca toman en cuenta la opinión de la ciudadanía”.
  10. Valor ético y pedagógico del ejercicio: Que cada quien evalúe su actuación en favor de la democratización de este país. Sobre todo, que valore el legado que deja a sus hij@s y niet@s en ese propósito.
  11. Hoy somos millones las/los convencidos en este camino por la democracia participativa y directa, es decir, por consultar a la ciudadanía sobre los asuntos de interés de las y los mexicanos; mañana seremos, quizá, decenas de millones.
  12. Porque la democracia participativa, desde la ciudadanía, es cosa seria, yo sí iré a expresar mi opinión este domingo en las urnas. Respeto a las y los que se quedarán en su casa sin hacer nada, o que escojan otros caminos.
  13. Tanto la consulta pública del 1 de agosto de 2021 (responsabilidades de actores políticos) como la del próximo 10 de abril (revocación de mandato) se programaron en periodos vacacionales ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene, legistador@s, colocar en fechas de descanso este tipo de jornadas de oxigenación de la democracia participativa en México?
  14. Para profundizar en torno a las ventajas educativas y pedagógicas de la consulta, sugiero la lectura de mi texto: “Consulta Popular y Formación Cívico Política”, publicado en julio, 2021.