Las personas que vivimos en el noroeste del país tememos, cada verano, la llegada de los “recibos locos” de la CFE, auténticas cuentas impagables de 5, 10 o hasta más de 20 mil pesos que llegan debido al uso de aparatos de aire acondicionado que son en muchos casos cuestión de vida o muerte ante las altas temperaturas de la región.

Sin embargo, esas cuentas que hasta yo he tenido que arreglármelas para pagar, palidecen ante los recibos locos, loquísimos, que pequeños negocios o ciudadanos tienen que pagar ahora en distintas partes de Europa, producto tanto de la privatización de los servicios públicos, cómo del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, el cual ha dado fin a la energía barata en forma de gas natural proveniente del país liderado por Vladimir Putin.

Por ejemplo, está el caso del pequeño local denominado “Poppyfields Café”, ubicado en Irlanda, cuyos dueños recibieron una cuenta de energía eléctrica de 200 mil pesos (9 mil 836.92 euros), misma que puede ser verificada en Twitter y que podría obligar al negocio a cerrar sus puertas.

Tuit de Poppyfields Café

También está el caso de un local de comida china ubicado en el Reino Unido, que enfrenta un pago de 10 mil 58 libras esterlinas, más de 234 mil pesos mexicanos.

Tuit de un local de comida china ubicado en el Reino Unido

Aún con el supuesto mayor poder adquisitivo de las personas en el mal llamado “viejo continente”, esos precios son impagables. Y cómo esos dos casos, existen muchos más, documentados en redes sociales.

De seguir así la situación energética -y no se ve para cuando pueda cambiar en el futuro inmediato- se vendrá una ola de cierres de pequeños y medianos negocios, mismo que afectará a una cantidad incalculable de personas.

¿Valdrá la pena tanto sufrimiento por seguir sosteniendo a un régimen con neonazis, cómo el que actualmente gobierna Ucrania? ¿Lo soportarán los ciudadanos, o saldrán a incendiar las calles?