El pasado 23 de noviembre dejó de publicar sus columnas diarias en El Financiero el señor Raymundo Riva Palacio, periodista conocido e influyente, aunque —así lo percibo— de ninguna manera objetivo.

Tantos años en los medios, donde difunde cada día sus opiniones, llevaron a que su ausencia preocupara a la gente interesada en la política mexicana. Hubo rumores acerca de problemas serios de salud del columnista, pero resultaron falsos.

Desde luego, me da gusto que Raymundo esté bien. Me puse feliz hoy viernes a las 5:30 AM cuando vi su nombre en la página de internet de El Financiero.

Riva Palacio ha vuelto a su trabajo de columnista y qué bueno; no sé si había regresado a otros espacios periodísticos en los que colabora, pero da igual: él no está enfermo, me encanta comprobarlo.

En el regreso a su normalidad, ¿qué creen? Atinaron: Raymundo Riva Palacio volvió a lo suyo: la mentira y la calumnia contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero con las pilas recargadas también se lanzó contra los tres hijos mayores del tabasqueño.

No es ético meterse con personas que no tienen cargos en el gobierno, menos aún sin evidencia sólida de que hayan abusado del poder de su padre. Porque chismes podrá haber, y los hay, pero nadie ha exhibido nada que comprometa a los hijos de AMLO.

Por cierto, a Andrés Manuel tampoco se le puede acusar de haber caído en ninguna falta grave. Se puede estar en desacuerdo con el presidente y cuestionar sus proyectos, pero no ha violado la ley: tiene el derecho de intentar imponer sus planes de gobierno anunciados desde por lo menos 2006.

Los hijos de Andrés Manuel resistirán las calumnias del famoso Raymundo, y resistirán muchas otras. Y no porque Morena ganará en 2024 —que sí será otra elección victoriosa para el partido de izquierda—, sino por la fortaleza de sus convicciones éticas. Se trata de muchachos educados en valores sólidos y que crecieron al lado de un padre siempre en lucha por cambiar un sistema basado en la injusticia.

La buena noticia entre tanta perversidad es que en el México de la 4T, un paraíso de libertades, se vale mentir e insultar al presidente y a su familia, y hasta se gana dinero al hacerlo. Porque a Raymundo le pagan en El Financiero, espero que muy bien…