La oposición, siempre dispuesta a todo, trata de sacar provecho hasta de la desgracia para intentar atacar al gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum. Razones, evidentemente, son muchas si consideramos que, de entrada, buscan sabotear la elección para elegir jueces, ministros y magistrados que, lo dijimos, no fue un capricho de Andrés Manuel López Obrador proponer el tema, sino una necesidad inexorable ante el cúmulo de corrupción que se engendró en uno de los poderes de la nación. Es evidente que el conservadurismo, que ha simulado constantemente representar, en tiempo y espacio, como un defensor de las causas del pueblo, está sincronizando una guerra propagandística para que la ciudadanía no salga a decidir libremente a los representantes. Es, como bien ha mencionado la presidenta Sheinbaum, un momento histórico que marcará un precedente en la democratización del país.

No hay nada que pueda evitar que la población civil salga a tomar decisiones libremente. Lo que sí hay, no podemos negarlo, son publicidades que esgrime la oposición desprendida, inclusive, a muchos columnistas que han dejado al descubierto su animadversión por el gobierno de la 4T. Eso no es algo nuevo: llevan años tratando de minimizar las acciones que, desde cualquier perspectiva, hemos atestiguado que han profundizado las políticas públicas del país. Morena, que ha salido a capitalizar esa correlación de fuerzas para seguir apoyando a quienes más lo necesitan, siguen abriendo camino. Ellos, con todo fundamento, tienen un andamiaje de acciones, logros y conquistas. Todas ellas, por cierto, compatibles con la necesidad que aqueja a la ciudadanía, en especial a los sectores más vulnerables del país. Eso, para más del 84% de los segmentos en México, que apoyó incondicionalmente la gestión de Sheinbaum, tiene mucho sentido, sobre todo porque falta mucho tramo que concretará obra e infraestructura para mejorar la calidad de vida.

Lo más importante de todo ello, que se ha ido adoptando en las entidades federativas. Desde ese punto de vista, por ejemplo, hemos visto políticas públicas que, a su vez, han puesto principal acento en cada uno de los territorios, sobre todo en los que gobierna Morena. Hay que tener en cuenta que, en gran medida, eso se debe a la coordinación que existe con la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. Ella, periódicamente, se reúne con los mandatarios para exponer algunas ideas que han ido aterrizando a lo largo y ancho del país. Lo mejor de todo, más allá de que son fundamentales y prioritarias para el proceso de transformación, es su viabilidad que, al final de cuentas, reconoce la población civil como un avance.

Recuerdo que, en tiempos de campaña, que se focalizan muchos temas que la misma sociedad puso sobre la mesa para mejorar la calidad de vida, fue un sistema hídrico a través de mecanismos tecnificados y sofisticados. Eso, incluso, lo detalló Claudia en los propios debates con la misma Xóchitl Gálvez. A ella, por cierto, le dejó bien en claro, por su experiencia en la Ciudad de México, que era posible garantizar un mejor acceso al agua si existía una buena planeación. En efecto, ustedes mismos recordarán, eso sirvió para exhibir las limitaciones de la abanderada del PRIAN. Aunque, lo más importante, fue que desde allí se construyó una plataforma de ideas que, a su vez, forman parte del programa de nación que explicó la misma Sheinbaum al arranque de su gestión.

Han pasado más de ocho meses y, como sabemos, el proyecto de transformación avanza a pasos agigantados. Las mismas entidades, que se sumaron a este andamiaje de propuestas, han ido aterrizando en cada uno de sus territorios el tema del agua a través de un sistema qué subministre mayor acceso. Chiapas, que ha sido pionera en constituir un programa de esa magnitud, puso en marcha, a través del gobernador Ramírez Aguilar, el plan nacional Hídrico que, se sabe, es uno de los compromisos de campaña de la presidenta constitucional y del propio mandatario. Hablamos de proyectos de agua potable que aterrizarán en los diez municipios con mayor vulnerabilidad. A ellos, desde luego, se les garantizará el servicio para que el sur del país, con ese nuevo rostro de modernidad e innovación, siga catapultando a esos desafíos que se han realizado por medio de distintas estimaciones. Son, ni más ni menos, un conjunto de ideas concretas que tienen una base sólida de planeación que, a la par, brindarán apoyo y respaldo a las obras hidráulicas en Chiapas.

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Y qué decir de la amplia difusión que le ha dado Claudia Sheinbaum a la millonaria inversión que se pondrá en marcha en Acapulco. Eso, como tal, se debe a los buenos oficios de la gobernadora, Evelyn Salgado, calificada como una de las mejores mandatarias del país. Hay que tener en cuenta que eso, con el impulso de otros rubros, vendrá a revolucionar más el desarrollo y, por ende, será una palanca de empuje para uno de los epicentros más bellos del turismo a nivel mundial. O sea que, a la par de esa sensibilidad que mostró el gobierno estatal y federal para ayudar a quienes más lo necesitaron ante el desastre natural que azotó ese punto geográfico, se concretarán obras de gran impacto para el impulso masivo de la movilidad y, con ello, ampliar la competitividad de los servicios.

Eso, entre muchos otros aspectos, son factores que podemos asociar a la enorme visión que tiene la presidenta constitucional de México. Lo demás, está comprobado, es una oleada propagandística de la derecha que no tiene la mínima importancia, especialmente cuando Claudia, en todos los estudios de evaluación que miden el desempeño, promedia más del 82% de respaldo ciudadano. La 4T, en resumidas cuentas, resultó un proyecto humanista, solidario y empático con todos los sectores, concretamente aquellos que tienen un grado de vulnerabilidad mayor. Esa es básicamente la esencia de las políticas públicas que se han profundizado con la visión de Sheinbaum, que ha demostrado, con esa toma de decisiones, que está a la altura de las circunstancias.