El semblante impávido de Lorenzo Córdova en el discurso de AMLO sobre los 105 años de la promulgación de la Constitución de 1917 evocó aquel célebre “¿Porqué no aplauden?” de Enrique Peña Nieto. En su momento, la oposición entera, quien no cejaba en sus acusaciones de corrupción e ineficacia al gobierno priista, se regodeó ante la desafortunada y torpe expresión del otrora presidente.
Hace unos días, el consejero presidente del INE, uno de los principales enemigos de AMLO (no por elección de Córdova, vale señalar, sino por decisión del propio presidente) decidió no manifestar su apoyo a un jefe del Estado que se ha mantenido firme en sus diatribas contra el INE, contra los consejeros, y muy en particular, contra el propio Córdova y Ciro Murayama.
¿Se esperaba que Córdova aplaudiera un discurso por el cual AMLO manifestaba su intención de reformas a la Constitución para deshacerse del INE y/o arrebatarle su autonomía constitucional y quizá convertirlo en un organismo desconcentrado de la administración pública federal? ¿Esperaban los morenistas que el desdeñado Córdova, quien ha sufrido en persona los insultos de personajes como Gerardo Fernández Noroña, se levantase entusiasmado a vitorear un discurso rico en populismo pero vacío en contenido?
¿Debe el pueblo de México aplaudir a un presidente que ha fallado prácticamente en todas las materias evaluables? ¿debemos aplaudir el ataque contra nuestras instituciones autónomas? ¿debemos aplaudir que el país se encuentre en una franca recesión debido -entre otros factores- a las decisiones desafortunadas del presidente y de su gobierno? ¿debemos vitorear a un presidente que ha fracasado ostensiblemente en el combate contra la corrupción?
¿Debemos ponernos de pie frente a un jefe de Estado que ha no ha puesto en alto el nombre de nuestro país en el extranjero con sus nominaciones controversiales? ¿debemos aplaudir a un gobierno populista que ha sido responsable de la exacerbación de la pobreza? ¿debemos vitorear a un gobierno que gasta irresponsablemente recursos de todos los mexicanos para consultas innecesarias y proyectos inviables?
¿Debemos aclamar a un presidente que ha sembrado la división en nuestra nación? ¿hay que alegrarnos ante la desafortunada opinión – o decisión – de AMLO de pausar las relaciones diplomáticas con un país con el cual compartimos lazos históricos y quien es el segundo en inversión extranjera directa en México?
Así como la oposición a Peña le criticó abiertamente por su inoportuno comentario, ahora corresponde a los que no apoyan a la 4T respaldar el gesto simbólico de Córdova, y no aplaudir a un gobierno que ha profundizado nuestra inestabilidad política, ha revivido lo peor del nacionalismo revolucionario del siglo XX, ha sido ineficaz en la instrumentación de políticas públicas y que ha exacerbado los problemas estructurales de nuestro país. El presidente AMLO no merece aplausos.
José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4