Diferentes casas encuestadoras en vivienda señalan que Claudia Sheinbaum lleva una ventaja que puede ser considerada definitiva en el proceso interno de Morena para elegir a quien coordinará la Defensa de la 4T en el país.

Según dichas encuestadoras, entre los simpatizantes de Morena ella recibe el apoyo de más del 43-45%, dependiendo de la casa encuestadora que se consulte, contra alrededor de un 20-21% de Marcelo Ebrard en tanto que el resto de los aspirantes no superan el 11% cada uno de ellos, inclusive cuando se pregunta a la población en general, el apoyo de Sheinbaum se encuentra en alrededor del 40% contra un 23-25% de Marcelo, insistimos dependiendo de la casa encuestadora de que se trate, en tanto que ninguno de los demás aspirantes sobrepasa un 9%.

Como puede verse, aún entre la población abierta, donde se supone que Ebrard tiene una mayor aceptación que la exjefa de gobierno, Sheinbaum está muy por encima en las preferencias.

Pero esos son solo números, lo interesante consiste en entender cuáles son las características de Claudia que la han llevado a estar a la cabeza en el proceso de Morena y eso es precisamente lo que queremos analizar aquí.

Claudia Sheinbaum logró espontáneamente despertar el entusiasmo, la esperanza y la movilización de las bases sociales de Morena y sus simpatizantes para darle continuidad a la transformación del país bajo su conducción y liderazgo.

A diferencia del resto de los aspirantes, ella logró generar una corriente de empatía con las bases de Morena, empatía que se refleja en el apoyo que recibe en cada una de las entidades federativas del país.

En principio, Sheinbaum es una persona identificada desde siempre con las causas de la izquierda mexicana y ha mantenido firmes sus principios, desde su juventud ha participado en movimientos de apoyo a las mejores causas sociales. Con ella no existe duda de que Morena se pueda desviar de los objetivos planteados por el presidente López Obrador.

Claudia se unió al grupo del presidente desde que este encabezaba los esfuerzos en favor de las causas populares, gracias a los cuales López Obrador fue reconocido con la dirigencia de lo que fue el PRD y posteriormente la Jefatura de Gobierno de la hoy CDMX. Ahí Claudia jugó un papel destacado junto a Andrés Manuel y fungió como secretaria del Medio Ambiente, nunca regateó su trabajo ni su apoyo, acometió obras que otros miembros del equipo no quisieron o no pudieron llevar a cabo.

Impulsada por López Obrador, siguió su camino electoral convirtiéndose en una ganadora, ya que en las elecciones por la hoy Alcaldía de Tlalpan salió victoriosa, lo mismo que en 2018 triunfó en la elección que la llevó a ser jefa de Gobierno de la CDMX, puesto que desempeñó destacadamente hasta hace casi tres meses.

Por si eso fuera poco, durante sus ejercicios de gobierno mostró una disciplina puntual por lo que respecta a mantenerse cerca de la gente, del pueblo, de escuchar a todos y cada uno de aquellos ciudadanos que quisieron hablarle, plantear sus problemas.

Disciplina que ha mantenido durante el proceso interno de Morena, como puede observarse en cada uno de los eventos en los cuales ha participado, Sheinbaum escucha, analiza y hace compromisos con el pueblo.

Se ha reunido con todos los sectores que componen la sociedad mexicana, con empresarios, con campesinos, comerciantes, transportistas, con profesionistas de muy diversa índole como médicos y enfermeras, maestros, ingenieros, pero también con amas de casas que le plantean su visión del México que ellas viven.

Su amplia preparación académica y su experiencia en la función pública le han permitido tocar temas de urbanismo, movilidad, medio ambiente, seguridad, vivienda, educación, pero también temas de interés social como la continuidad de las políticas sociales impulsadas por el presidente López Obrador referentes a los apoyos que se brindan a los adultos mayores, a los jóvenes, a las mujeres y los niños en edad escolar.

Ha escuchado a gremios que agrupan a millones de servidores públicos y trabajadores preocupados por el futuro, por la continuidad de las políticas salariales, el impulso al empleo y la capacitación de los trabajadores.

No existe duda de que con ella la 4T continuará adelante.

Es cierto, tiene detractores y entre ellos la única crítica que ha sido constante es la que señala que ha sido apoyada por el presidente, se dice que seleccionada por él para sucederle. Una crítica que a no dudarlo podemos calificar proveniente de una cultura machista, misógina.

Ese tipo de crítica hace a un lado el trabajo que ha realizado Claudia en cada uno de los cargos que ha ejercido, del trabajo que realiza hoy recorriendo el país y planteando ante los seguidores y simpatizantes de Morena la seguridad de que el proyecto de país por el cual la izquierda ha luchado durante muchos años, continuará con ella al frente de la Presidencia.

Pobre espectáculo de violencia política de género que se viste de “análisis político” y que establece primero la conclusión y posteriormente “desarrolla” las premisas según las cuales esa conclusión es inobjetable.

A pesar de este tipo de ataques, ahí están los números que muestran que el pueblo está con ella, que la gente considera que puede y debe ser la abanderada de la 4T.

Claudia Sheinbaum ha crecido en cada puesto en que ha estado precisamente porque trabaja por y para el pueblo, está ahí donde le piden que esté, no solo en tiempos electorales, sino cuando hay que estar, cuando se está ejerciendo el cargo.

Cerrar los ojos ante esta realidad es, simplemente, no querer ver, no entender lo que es y lo que significa el trabajo político, el buen trabajo político.

Claudia va a ganar porque es la que mejor supo interpretar la política de la 4T, porque entendió lo que significa “por el bien de todos, primero los pobres”, porque sabe que un país no puede crecer cuando hay tanta desigualdad y porque ha trabajado para ello.

Lo demás, es cerrar los ojos a la realidad.